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Tailandia y Malasia, nuevos horizontes del programa español DNA-PROKIDS contra la trata de personas

El programa español DNA- PROKIDS, que lucha contra la trata de personas a través de la identificación genética desde 2004, está actualmente implantado en 16 países del mundo. Su creador y director, el Dr. José Antonio Lorente, resalta, en esta entrevista, sus recientes logros como son la adhesión de Malasia y el ejemplo de compromiso de Tailandia donde se han realizado más de 250 identificaciones desde su unión

«Con su ejemplo se han comprometido a ser referencia para otros países muy afectados por el tráfico y trata de seres humanos», así lo explica el Dr. Lorente en esta entrevista, director del laboratorio de Identificación Genética de la Universidad de Granada, donde se gestó el proyecto.

 
Desde que inició su andadura este programa pionero en el mundo ha logrado más de 1.300 identificaciones, más de 400 adopciones ilegales detectadas. Además se ha logrado detectar y prevenir en la frontera de Melilla muchos niños posibles víctimas de trata y lograr su control. «Hoy es muy difícil encontrar un menor que no venga con su madre biológica», señala el Dr. Lorente.
 
Este programa, que cuenta con el apoyo y aval de la Organización Médica Colegial (OMC), asimismo, es germen de un nuevo proyecto, DNA-ProORGAN, un instrumento médico científico de control y trazabilidad de los órganos trasplantados. Para su creador, este programa «identificará a las personas y centros implicados, y demostrará la legalidad y pertinencia del proceso, o no».
 
– DNA Prokids, creado en 2004 ha crecido mucho a nivel internacional en los últimos años. ¿Qué balance hace de este programa? 
 
Un balance sin duda alguna muy positivo, porque supone el uso de la ciencia para solucionar y prevenir un problema real que afecta directamente a las personas y de modo especial a niños. Les pongo un ejemplo no muy lejano, porque a veces parece que estos problemas no nos afectan de cerca. 
 
En la frontera de Melilla se ha conseguido que no entren niños que sean posibles víctimas de trata ya que de modo sistemático y ante una mínima sospecha se requiere la identificación madre-hijo. Hace unos años, cuando comenzó DNA-PROKIDS MELILLA (en colaboración con la Consejería de Bienestar Social del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Melilla) había bastantes casos de posible trata al llegar niños acompañados por quienes decían ser sus madres, pero que el ADN demostraba que no lo eran. Hoy es muy difícil encontrar un menor que no venga con su madre biológica, porque la aplicación de DNA-PROKIDS ha tenido un efecto de prevención.
 
-¿Qué supone la reciente adhesión de Malasia? ¿Cómo está siendo el desarrollo del programa allí?
 
Malasia es muy importante porque es un país grande en pleno desarrollo, en una zona geográficamente compleja y donde el tráfico y la trata de personas es un problema grave. El gobierno de Malasia está afrontando el tema de modo muy serio, y el desarrollo de DNA-PROKIDS MALASIA no deja de ser sino una muestra de ello.
 
-¿Cómo es la situación actual en este país en materia de tráfico de personas?
 
La situación ha mejorado en los últimos años gracias a los esfuerzos de los últimos gobiernos, pero sigue siendo un problema que necesita soluciones innovadoras y altamente resolutivas, que es lo que se aporta desde DNA-PROKIDS.
 
– También recientemente se ha estrechado relaciones con Tailandia, que se unió al programa en 2011. ¿Qué avances se han conseguido desde su implementación en esta zona?
 
La Policía Real Tailandesa es todo un ejemplo de compromiso y bien hacer en el desarrollo de DNA-PROKIDS. Han creado todo un Centro DNA-PROKIDS TAILANDIA y han realizado más de 250 identificaciones desde que comenzaron.
 
Con su ejemplo se han comprometido a ser referencia para otros países muy afectados por el tráfico y trata de seres humanos, países que comparten una gran frontera con Tailandia, como es el caso de Myanamar, Laos o Camboya, y otro cercano como es Vietnam.
 
En enero de 2018 haremos una reunión de coordinación con esos países que será organizada por la policía tailandesa.
 
– En cuanto a cifras, ¿Qué logros ha conseguido el programa nivel mundial? 
 
Más de 1.300 identificaciones, más de 400 adopciones ilegales detectadas y un estricto control de las identificaciones de menores que pueden ser víctima de trata pueden resumir los logros en números.
 
La parte preventiva, lo que se ha evitado, es más difícil de evaluar, pero ahí está, como el ejemplo anterior de Melilla.
 
-¿Cuáles son las claves de su éxito?
 
Las claves generales que afectan a todos los países son, primero, que afronta un problema grave y real; segundo, que sólo el ADN puede ayudar a identificar a un menor  abandonado, robado y/o explotado que no se sabe quién es, o sea, que o se usa este medio o no se puede hacer nada; tercero, que en cada país se desarrolla de la mano de las autoridades gubernamentales y con un escrupuloso acatamiento a la legislación vigente en la materia; cuarto, que tiene un componente preventivo que genera ilusiones y esperanzas cara al futuro; y quinto, que ha habido una progresiva implicación de los profesionales médicos (a través de las actividades internacionales promovidas por nuestra OMC en foros como la AMM/WMA y la FIEM) que lo dota de una garantía extra ante la sociedad, que es la que aporta el profesional médico.
 
-El programa DNA-PROKIDS es además germen de un nuevo proyecto que está en vías de desarrollo y que se llama DNA ProOrgan para luchar contra el tráfico de órganos. ¿En qué consiste esta iniciativa? ¿En qué fase se encuentra este proyecto en estos momentos?
 
Efectivamente, en octubre de 2016 la OMC y la Universidad de Granada presentaron ante la ONU (concretamente en Viena en la sede de la UNODC) el programa DNA-ProORGAN como instrumento médico científico de control y trazabilidad de los órganos trasplantados. 
 
Básicamente consiste en promocionar la generación de un registros de muestras de referencia de todos los donantes y receptores de órganos, muy especialmente de riñón, para poder en caso de necesidad o denuncia, identificara las personas y centros implicados, y demostrar la legalidad y pertinencia del proceso, o no.
 
-¿Cómo es la situación actual del tráfico de órganos en el mundo?
 
La situación varía mucho de unos países a otros. En España, por ejemplo, tenemos una situación que podemos llamar de idílica, casi perfecta, con nuestra ONT que es el sistema más eficiente del mundo y un ejemplo a seguir sin duda alguna. Pero hay otros países donde el gran desequilibrio entre necesidades y disponibilidad, o la limitación que los grandes costos económicos imponen, dispara el que se realice el llamado “turismo de trasplante” y otras actividades que no tienen por qué ser ilegales, pero que facilitan las que sí lo son, y que también existen y están denunciadas.
 
En el futuro este problema irá aumentando por el envejecimiento progresivo de la población, aumento de enfermedades crónicas e infecciosas, etc. a no ser que todos los países pudiesen progresivamente seguir un modelo como el de España y nuestra ONT y a expensas del desarrollo de técnicas de regeneración tisular o de ingeniería tisular que permita generar órganos enteros o partes activas de ellos. 
 
El caso es que ahora el problema está aquí y hay que afrontarlo.
 
-¿Con qué apoyos cuentan ambos programas?
 
En este momento, el apoyo económico proviene de la empresa Distribuidora Comercial ZOGBI de México, y el apoyo estratégico y logístico lo ofrecen la Universidad de Granada y la OMC, facilitando contactos y actividades.
 
El Gobierno de España, a través del Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación (MAEC), y a través de diferentes Embajadas y de la AECID está igualmente apoyando el desarrollo ante foros internacionales, pero es necesario y ya urgente una mayor implicación del mismo para el desarrollo de DNA-PROKIDS Y DNA-ProORGAN como “marca España”. Igualmente, el Ministerio de Sanidad debe jugar un papel relevante en esta materia.
 
-¿Cuáles son los retos actuales en la lucha contra el tráfico de personas y de órganos?
 
Básicamente diría que es luchar contra la impunidad, o sea, las sociedades y los estados modernos deben de usar todos los instrumentos y tecnologías disponibles y ajustadas a derecho para luchar contra el crimen organizado, porque no olvidemos que la trata de personas y el tráfico de órganos son ramas del crimen trasnacional organizado. 
 
También diría que una mayor sensibilización por parte del conjunto de la sociedad es muy importante, no hay que ver esto como algo lejano o ajeno. 
 
-¿Cuál es el papel del médico en la prevención del tráfico de seres humanos, adopciones ilegales de niños en todo el mundo y en la lucha contra el tráfico de órganos?
 
El papel del médico es muy importante en ambos casos, aunque obviamente varía.
 
En el tráfico de órganos poco hay que explicar: sin médicos implicados no se podría hacer. Ahora bien, a los médicos que practican trasplantes en países de alto riesgo donde se sabe que se practican actividades de tráfico, hay que ofrecerles garantías de que en caso de una falsa acusación o una investigación, se van a poder defender, y el protocolo que hemos desarrollado con DNA-ProORGAN permite hacerlo. 
 
En el tráfico (que realmente es “trata”) de menores, el papel del médico no siendo imprescindible, sí que es importante, y varía según las circunstancias de cada país. Los médicos deben firmar los documentos apropiados que demuestren el parto y nacimiento de un menor, deben hacer reconocimientos a niños que van a ser dados en adopción y a los padres que van a adoptar, etc.
 
El médico es, siempre y en todos los países del mundo, un profesional valorado y respetado, y debe generar confianza y explicar a las personas implicadas (madres y padres que quieren dar a sus hijos en adopción, madres y padres que quieren adoptar) la complejidad y lentitud que un proceso de adopción implica, por lo que cualquier alternativa que prometa acortar plazos puede ser delictiva. Y el compromiso del conjunto de la profesión médica en el control de las personas implicadas en los procesos de adopción y recepción (sobre todo en los países donde se genera el problema), así como de la documentación y trazabilidad de la misma es imprescindible para acabar con esta lacra.
 
 
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