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Secretario Gral. OMC, Dr. Garrote: «Economía no era el Ministerio para redactar la Ley de Colegios»

El nuevo secretario general de la Organización Médica Colegial (OMC), el doctor Juan Manuel Garrote, ha analizado en esta entrevista concedida a «Diario Médico», algunos aspectos del anteproyecto de Ley de Servicios y Colegios Profesionales. Así, critica el principio de territorialidad y aboga, entre otros aspectos, por que los futuros estatutos de la OMC sean «la norma matriz de todos los Colegios de Médicos»

 

Madrid, 22 de julio 2014 (medicosypacientes.com)

Aparte de sus 8 años como presidente del Colegio de Médicos de Segovia (2005-2013), Juan Manuel Garrote, secretario general de la Organización Médica Colegial (OMC) desde el pasado 5 de julio, no ha estado nunca en primera línea de la vida colegial. No obstante, su currículum atestigua su «activa y convencida» militancia en las corporaciones profesionales desde que el 14 de julio de 1984 («el mismo día que me dieron el título de Medicina») se colegió por primera vez: secretario de la Comisión Deontológica del Colegio de Segovia, vicepresidente del mismo de 2001 a 2005, presidente hasta 2013, y, desde que Isacio Siguero asumió la Presidencia de la OMC en 2005, «muy vinculado al cogollo central de esta casa, es decir, a su Consejo General, donde se me han ido encomendando labores diversas, alguna delicada». Hasta que asumió la Secretaría, ocupaba el puesto de Asesor Médico de Comunicación, y confiesa que «ya en 2009, cuando se presentó Serafín Romero [actual vicepresidente], pensé en optar a la Secretaría, pero preferí culminar mi mandato en Segovia».

Relaciones internas

Médico de Familia en un centro de salud de la localidad segoviana de Coca («es decir, médico rural», matiza orgulloso), acude a la entrevista recién salido de una guardia, y dice que está negociando con su Consejería «la mejor manera de compaginar mi labor profesional con las responsabilidades de mi nuevo cargo».

Resume con una palabra -«implicación»- la filosofía con la que afronta ese cargo, y centra en un objetivo sus 4 años de mandato: fomentar la relación con los colegios provinciales. «En España hay más de 500 dirigentes colegiales médicos y unos 400 miembros de comisiones deontológicas. La labor de todos es encomiable, pero muchas veces sólo se conoce el trabajo de los presidentes. Estoy empeñado en poner en valor el trabajo de todas las directivas y en darles voz, porque son una suerte de consejo asesor inigualable, un lujo que no se debe despreciar».

Reconoce que la relación entre el Consejo General y los colegios provinciales «va por barrios», pero añade que los problemas, cuando surgen, son más fruto de relaciones personales que institucionales. «En algunos momentos se puede pensar que hay una cierta desvertebración entre colegios, consejos autonómicos y OMC, pero somos una organización con un movimiento asambleario especial, y gestionar esa organización no es fácil. Cuando vienen aquí los presidentes de los colegios, no vienen 52 personas comisionadas, sino 52 líderes, y los líderes, a veces, son especiales y debes enfrentarte a sus ideas, que, en ocasiones, defienden más allá del consenso. Obviamente, puede haber desencuentros, pero la labor de esta casa es evitar que esos desencuentros se ahonden y separen a la profesión, y creo que eso se está consiguiendo».

Garrote se muestra muy crítico con el concepto de territorialidad que incluye el anteproyecto de Ley de Colegios -que permite al médico colegiarse donde él decida, y no necesariamente donde ejerce-, y cree que es un ejemplo del «desconocimiento» del Ministerio que ha redactado la norma. «Nos hemos equivocado, porque el de Economía no era claramente el idóneo para hacer la ley. Quizás el de Justicia, asesorado por Sanidad y algún otro Ministerio, pero no Economía, porque la vertiente económica puede ser relevante en algunos puntos, pero no es, ni mucho menos, la esencial en una ley que toca tantos puntos que afectan al ciudadano. Se cae en un gravísimo error al pensar que ese concepto de territorialidad protege al ciudadano, cuando lo que hace es desprotegerle, porque dificulta la labor de persecución y sanción a los posibles infractores que atañe a los colegios».

Homogeneización

Al margen de las labores propias de su cargo, la OMC tiene un reto tan inmediato como mayúsculo: la renovación de los estatutos, «que urge cambiar no sólo porque estén anticuados, sino porque tenemos que hacer un esfuerzo de homogeneización. Tener 52 estatutos no es de recibo, aunque las diferencias sean mínimas, y los estatutos de la OMC tienen que ser la norma matriz de todos los colegios. Y, ojo, ese esfuerzo de homogeneización no debe ser unilateral: todos los colegios también deberán hacerlo. Lo razonable es que lo que los presidentes voten para incluirlo en el reglamento nacional tenga un reflejo inmediato en cada reglamento provincial. Y esa es una labor de cada presidente».

Añade que será la Ley de Colegios la que fije la pauta de esa homogeneización, «pero el Consejo General ya ha dado pistas muy importantes cuando cambió sus estatutos, en aspectos como la limitación de mandatos o las incompatibilidades».

De Teodosio I a la Boca de la Verdad

Juan Manuel Garrote ejerce el proselitismo de un segoviano «convencido de la belleza artística y gastronómica de su tierra». Con un deje de orgullo, deja caer que en Coca, el lugar donde trabaja, nació el emperador Teodosio I el Grande, y durante la entrevista repite hasta 3 veces, como si lo tuviera grabado a fuego, que «la mujer del César debe ser honesta y parecerlo». A tenor del pin que luce en la solapa, una reproducción de la Boca de la Verdad, habrá que creer que ése es su principio de actuación, porque, según la leyenda, esa boca muerde la mano de aquél que miente.

 

 

 

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