La Dra. Mª Isabel Moya, vicepresidenta primera de la Organización Médica Colegial, participó en el VI Foro de Comunicación Digital para hablar de los retos políticos en la regulación de la Inteligencia Artificial en sanidad en España, un encuentro en el que puso en relieve que la IA puede ayudar a transformar el sistema sanitario en un modelo predictivo y no reactivo.
En esta mesa participaron junto a la Dra. Moya, Jesús García Cruces, viceconsejero de Asistencia Sanitaria, Planificación y Resultados en Salud de Castilla y León; Marifé Lapeña, subdirectora de Servicios Digitales de Salud del ministerio de Sanidad y Joaquín Dopazo, director del Área de Bioinformática de la Fundación Progreso y Salud. La mesa estuvo moderada por Joan Simonet, director general de Farmacia de Baleares.
La vicepresidenta primera ha definido la Inteligencia Artificial como “una herramienta facilitadora con un gran potencial para mejorar la practica medica clínica diaria, sobre todo en situaciones de especial complejidad como es la atención sanitaria en estos momentos”
En su opinión la irrupción de la Inteligencia Artificial puede ser muy relevante en lo que respecta a dotar de nuevas herramientas a los profesionales de la salud “para hacer mejor Medicina”. En este sentido ha destacado su aportación para poder predecir, prevenir o mejorar el diagnóstico y tratamientos personalizados que, en definitiva, van a repercutir en mejorar y reforzar la seguridad del paciente o evitar daños innecesarios. “La IA es una herramienta de apoyo para mejorar la práctica médica que nos va a facilitar desplegar la medicina de las 5 P para convertir nuestro sistema sanitario en un sistema en predictivo y no reactivo” – ha subrayado.
En su opinión, la Inteligencia Artificial puede permitir este cambio de sistema e impactar positivamente a los profesionales porque “aportaría valor y lo haría más sostenible, pero no podemos olvidarnos de los riesgos y desafíos”.
En este sentido, ha apuntado a aspectos como la confidencialidad, la privacidad y la seguridad de los datos como tema crucial en todo lo que concierne a su regulación. Una regulación que en opinión de la doctora Moya “debe de hacerse a nivel europeo y velando por la calidad de los datos. Cuanto más se regule y se homogenice obtendremos datos de mejor calidad y por tanto contaremos con un gran algoritmo de salida”.
Asimismo, ha señalado que el acceso y la gestión de los datos debe de hacerse facilitando siempre la información pertinente al ciudadano y pedir su consentimiento para acceso y uso de sus datos, “no podemos sacar del centro del sistema a su protagonista: el paciente”.
Por otra parte, ha aludido a otros riesgos de la inteligencia Artificial en el sector salud como son la existencia de sesgos porque “aún la IA no está preparada para ser reproducible y generalizada”; establecer los criterios de certificación para saber y evaluar los resultados en salud; la falta de accesibilidad en los distintos territorios; cómo regular la responsabilidad del médico en estos procesos o cómo afectará a la nueva formación que tienen que adquirir los médicos.
Hay que preservar la autonomía del paciente y la relación médico-paciente
Finalmente, la Dra. Moya ha puesto el acento en la trascendencia de velar, desde la profesión médica, por las consideraciones éticas y deontológicas para preservar la autonomía de decisión de las personas y la relación médico-paciente basada en la confianza.
“La interacción con las máquinas tiene que ser gradual, ya iremos viendo hacia donde evoluciona, pero tenemos que afianzar la relación médico-paciente aunque ésta pueda evolucionar».
“La profesión médica va a continuar exigiendo que la aplicación de cualquier tecnología o Inteligencia Artificial en medicina tenga un uso finalista que sea siempre beneficioso para el paciente y que proteja la salud de los ciudadanos” – ha finalizado.
