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Los ojos de los niños son un 75% más sensibles que los adultos a los rayos del sol

Los ojos de los niños son un 75% más sensibles que los adultos a los efectos de los rayos del sol, ya que el cristalino es incapaz de filtrar toda la luz solar durante los primeros años de vida, lo que provoca dolor, enrojecimiento y fotofobia, según advirtieron los especialistas del Instituto Oftalmológico Fernández-Vega (IOFV).

Según informó el IOFV, los rayos UV pueden aumentar la aparición de patologías oculares en los niños, un grupo vulnerable porque el cristalino, el filtro natural del ojo, no ha alcanzado su pleno desarrollo.

De hecho, los ojos de los menores son un 75% más sensibles que los adultos a los efectos dañinos de los rayos solares porque penetran con mayor facilidad en el globo ocular y pueden ocasionar dolor, enrojecimiento en los ojos y fotofobia.

Las horas más intensas de radiación solar abarcan desde las 11 hasta las 17 horas. Por ello, los oftalmólogos aconsejaron el uso de gafas de sol, la principal protección que se puede ofrecer a los ojos ante los efectos nocivos de los rayos solares.

De hecho, las gafas homologadas filtran entre un 95 y un 100% de la radiación UV, y también disminuyen el impacto de los rayos reflejados en superficies blancas como la arena y el agua de las piscinas.

USO DE GAFAS

A este respecto, la especialista en oftalmología pediátrica del IOFV, la doctora Lucía Fernández-Vega, , precisó que “el uso de las gafas no se limita a los días despejados, ya que los rayos solares afectan con la misma fuerza en lo días nublados. En concreto, las nubes dejan pasar el 90% de la radiación ultravioleta”.

Por ello, la experta animó a los padres y cuidadores a permanecer atentos a la salud ocular de lo más pequeños durante el periodo estival, “al igual que se les aplica crema solar para su piel, es muy importante cuidar sus ojos”.

“También es bueno enseñarles a los niños a no mirar al sol directamente, ya que esta exposición prolongada puede causar daños oculares como la queratitis que en un primer momento puede provocar dolor, fotofobia o enrojecimiento de los ojos llegando a complicarse a largo plazo causando incluso lesiones degenerativas», añadió.

Otras de las molestias más frecuentes causadas por el constante contacto con la arena y el agua de las piscinas y el mar son la conjuntivitis, la irritación ocular, las infecciones víricas y bacterianas. Además, si no se toman las medidas adecuadas, se pueden presentar traumatismos oculares por los juegos y deportes, así como por las picaduras de insectos en la zona periocular.

AGENTES IRRITANTES

La oftalmóloga remarcó que “el verano es uno de los momentos en el que los niños disfrutan más de actividades al aire libre, aumentando el riesgo de entrada de agentes irritantes o patógenos en los ojos de los más pequeños. Por eso, es clave que los niños desarrollen el hábito de lavarse las manos con frecuencia para evitar que, al frotarse los ojos, puedan introducir elementos que causen irritación o que provoquen infecciones”.

Otro factor que aumenta el riesgo de sufrir problemas oculares durante el verano es el uso excesivo del aire acondicionado. Este sistema de ventilación para mantener una buena temperatura en el coche y en casa es una de principales causas del síndrome de ojo seco, una patología que produce quemazón, sensación de arenilla, ojos pesados y molestias oculares.

En los casos más leves, basta como tratamiento el uso de lágrimas artificiales en forma de colirio o gel. La doctora del Instituto Oftalmológico Fernández-Vega aconsejó la hidratación frecuente del ojo y evitar el flujo directo del aire acondicionado el globo ocular para evitar desarrollar este síndrome.

Además, las lágrimas artificiales también ayudan a solucionar problemas de irritación o enrojecimiento en los ojos. Si el niño tiene el ojo rojo por el cloro de la piscina, el agua salada o la exposición solar, los expertos sugirieron lavar el ojo con agua fría y aplicar unas gotas para hidratarlo. No obstante, si el problema persiste, es conveniente acudir al oftalmólogo para una revisión en profundidad.

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