La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha condenado los ataques a cinco hospitales sirios entre el 13 y el 15 de noviembre que provocaron al menos 3 muertos y más de 50 heridos, de los cuales varios son profesionales médicos
Tres de esos ataques a las instalaciones sanitarias se produjeron en la parte occidental de la provincia de Alepo y los dos restantes, en la de Idlib.
Los hospitales atacados proveían más 10.000 consultas ambulatorias mensuales en ambas provincias y más de 1.500 intervenciones quirúrgicas en el caso de los centros de atención médica en Alepo.
La OMS señaló que durante el año 2016 se han producido 126 ataques a dependencias sanitarias y denunció que los asaltos cada vez son más intensos y frecuentes.
El organismo de la ONU exigió una vez más a todas las partes en conflicto que respeten la seguridad y la neutralidad de los trabajadores y los centros de salud.
Asimismo, advirtió que los ataques deliberados contra hospitales suponen una grave violación del derecho internacional.