El Colegio de Médicos de Gipuzkoa destapó un caso de intrusismo en San Sebastián este pasado fin de semana, cuando puso en conocimiento de la Ertzaintza que se estaban realizando tratamientos estéticos en un centro sin autorización sanitaria y por personas que podían no ser médicos.
Todo empezó con el aviso de una colegiada, que informó al Colegio acerca de varios anuncios en Instagram en los que se ofrecía un tratamiento ‘full face’ de rejuvenecimiento facial con descuento y, de regalo, otro de bótox, algo que ya levantaba sospechas. Las imágenes las protagonizaba una mujer de labios exagerados y no aparecía localización ni contacto, lo que aumentó la desconfianza de la colegiada y del Colegio.
Tras concertar una cita, llegó el mensaje de confirmación de hora y lugar y el Colegio pudo comprobar que el centro donde se les había citado carecía de la autorización necesaria para realizar ese tipo de tratamientos. Con esa certeza, dieron aviso a la policía y a las pocas horas varios agentes acudieron al centro para interesarse por los servicios que se ofrecían y solicitarles la correspondiente documentación. Las dos supuestas doctoras carecían de acreditación médica alguna y los productos que se encontraron tampoco llevaban el correspondiente certificado de garantía de la Unión Europea.
Lucha contra el intrusismo
No es la primera vez que desde el Colegio de Médicos se intercepta este tipo de fraude: el año pasado, el Colegio también denunció por un supuesto delito de intrusismo a una presunta cosmetóloga rusa que tenía previsto realizar en San Sebastián intervenciones médicas de aumento de labios, infiltraciones de bótox o rinoplastias en un piso turístico de la capital guipuzcoana. El caso también se destapó por la sospechosa publicidad llevada a cabo por esta persona, que se anunciaba en Instagram y ofrecía un 30% de descuento en aumento de labios, sin identificarse correctamente ni ofrecer datos de localización ni contacto.
Desde el Colegio de Médicos de Gipuzkoa quieren alertar a compañeros y ciudadanía del peligro de este tipo de fraudes que ponen en peligro la salud de las personas y reiteran que «la Medicina estética es Medicina aunque tenga una finalidad estética, por lo que es cosa de médicos».
