El Dr. Francisco Javier Rodríguez Del Río, vocal de Atención Primaria Rural del Colegio de Médicos de Ciudad Real, secretario de la Vocalía Nacional de Atención Primaria Rural y coordinador del Grupo de Trabajo AP25, expone en este artículo de opinión para el Blog AP25 la falta de material y material de protección para atender a los pacientes con coronavirus; al mismo expresa su emoción ante los aplausos a todo el personal sanitario
Colapso sanitario nacional, situación crítica que está costando comprender, parece que lo vemos en la televisión es una película, pero no más allá es real y está ocurriendo en la actualidad. Se cierran colegios, se realiza teletrabajo, familias encerradas en pisos o casas, autónomos cierran su medio de vida y sustento, pacientes (sanos y enfermos) luchando, sobreviviendo o fallecidos, en un Estado de alarma… y aun así, siento dolor cuando cojo el coche para ir a mi consultorio y por los pueblos por los que voy pasando aprecio cafeterías llenas de gente, o bien cuando consulta por cuadro catarral y si no hay fiebre, les explicas que permanezcan en casa y responden “yo no tengo el virus”, es una falta de respeto para esos pacientes que están luchando entre la vivir o morir y por todos los sanitarios que a diario trabajamos para atender esta contener esta crisis.
Tengo miedo a lo que no enfrentamos, pero no tengo miedo de reconocerlo. He estado en contacto con pacientes coronavirus positivo atendiéndolos con una mascarilla quirúrgica y unos guantes, que no cumplían los criterios epidemiológicos y finalmente, los que han acudido al hospital por enfermedad no controlable desde sus domicilios, han dado positivos en el test. Pienso todos los días si comenzaré con síntomas, y me entra el miedo. Tengo 2 enfermedades de tipo endocrino-metabólico y no sé si lo pasaré como un catarro, como una gripe o como una neumonía que sea fatal. Ante la falta de sanitarios, mi compañera y enfermera María Dolores y yo (seguimos asintomáticos en la actualidad), y con el consentimiento de nuestros servicio de prevención, bien protegidos con guantes, bata estéril desechable y mascarilla quirúrgica seguimos atendiendo a nuestros pacientes, para no dejar desasistidos a la población, protegidos con los medios de los que disponemos, mejor o peor, nos miramos a la cara, compartimos nuestro miedo y trabajamos por nuestros pacientes.
Me emociono, veo relatos de compañeros del hospital, centros de salud, enfermeros y médicos, que me los envían, no por ser vocal de un colegio profesional y mostrar una queja, sino como amigos, excelentes profesionales, que van comentado la falta de material para atender a los pacientes, que con síntomas, (algunos se les ha podido hacer el test y han confirmado su positividad), parece que comentando entre nosotros los miedos, nuestras preocupaciones se hacen mas pequeñas. Rezo porque les sea leve porque me encantaría volver a trabajar con ellos, por su calidad, médicos y enfermeros, un equipo indispensable y complementario para la atención del paciente.
A las 22 horas he escuchado aplausos en la puerta del centro de salud, la gente nos decía “gracias” y sin poder contener mi emoción lloro, aplaudo por los equipos que hoy estamos de guardia, los enfermos, mis compañeros, familias y pacientes para que todos tengamos la responsabilidad de contener esta infección y en unos meses todos podamos celebrarlo. Un fuerte abrazo a todos.