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Dr. Antonio Ares Camerino: “La razón”

El Dr. Antonio Ares Camerino, vicesecretario del Colegio de Médicos de la Provincia de Cádiz, manifiesta las razones, en este articulo de opinión publicado en Médicos y Pacientes, del porqué Medicina es una de las carreras más demandadas

“Llegar a la plaza no fue fácil. Una tremenda cola de personas, de todas las edades, inundaba las calles aledañas. La curiosidad me pudo y pregunté a los pacientes transeúntes ¿a qué se debía tal muchedumbre? Nadie daba crédito a lo que allí ocurría. La fila terminaba en un palacio renacentista algo deteriorado por el paso del tiempo. Los que allí entraban, pensando descubrir algo nuevo nunca antes visto, salían despavoridos. Los que esperaban les preguntaban con cierto miedo y recelo por lo que allí sucedía. Nadie podía explicarlo, pero sus rostros atestiguaban que la cosa no era nada placentera. A pesar de todo, nadie abandonaba la fila. Parecía que ni la incertidumbre ni el desasosiego conseguían cambiar el orden establecido por lo desconocido. No había razón para ello.”

El término probabilidad se utiliza para definir el cálculo matemático que establece todas las posibilidades que existen de que ocurra un fenómeno en determinadas circunstancias de azar.

Por probabilidad, lo mejores expedientes, las mejores notas de la EBAU (Evaluación del bachillerato para el Acceso a la Universidad) del año próximo se decidirán por medicina o enfermería.

Dicen que todas las carreras que tienen que ver con las nuevas tecnologías son las punteras en cuanto a salidas profesionales.

Se augura que las personas licenciadas en filosofía y matemáticas están siendo las más demandadas por las grandes corporaciones industriales que aspiran a ocupar puestos del top ten de las que obtienen más beneficios.

Ante tal panorama de predicción futurista, los más entendidos aseguran que las profesiones del futuro están aún por ser definidas. Los conocimientos y los saberes clásicos parecen tener reminiscencias arqueológicas que recuerdan al trívium y al cuatrivium.

Propio de las competencias de las ciencias y de la investigación, que tantos beneficios han reportado al bienestar de la humanidad, han pasado a manos de la inteligencia artificial. Lo que era la búsqueda de la razón de ser de la humanidad, de su mirada interior, de hacerse las preguntas de nuestra existencia, son terreno baldío.

Lo que tenía que ver con la búsqueda de la belleza por sí, esa que nos hace distintos a cualquier ser vivo, ha caído en manos de la ley de la oferta y la demanda, sin importarle cuanto de bueno tiene para el alma el arte tal como se muestra a los ojos del espectador, sin ningún valor crematístico.

Los que ya estamos de vuelta de una larga vida laboral dedicada a la medicina nos planteamos que sin una vocación a prueba de sacerdocio es imposible asumir un reto laboral a prueba de contratos dignos. Los estudios de grado más largos, las exigencias de conocimiento más duras, una formación continuada que nunca acaba, unas renuncias que nunca serán lo suficientemente reconocidas, sólo están a prueba de los más intrépidos. Una vida laboral con más horas de dedicación que ninguna otra, un reconocimiento social que lucha en retirada, y numerosos casos de agresiones.

Todo ello conforma un escenario nada placentero para los que aspiran a un digno puesto de trabajo. A ello hay que sumar la desidia y el desdén dispensado por los principales empleadores del sector, la Administración Pública y las corporaciones de Seguros de Salud. Con este panorama ¿por qué los jóvenes universitarios siguen eligiendo medicina y enfermería como las carreras más demandadas? ¿por qué en todas las universidades las notas de corte más elevadas son las de las disciplinas sanitarias?

La respuesta, la razón es bien sencilla. Amén de la vocación, de las siete carreras con mejores sueldos al graduarse, medicina y enfermería ocupan los primeros puestos. Las Universidades han empezado a pensar en la empleabilidad de sus egresados, no sólo en ofrecerles una buena formación, y sí en darles una salida al mercado laboral digna y acorde con el esfuerzo y el conocimiento adquirido a lo largo de los interminables créditos cursados.

Desde 2015, año en el que se establecieron los nuevos planes de estudios con el Plan Bolonia, las Universidades han recortado la oferta de determinadas titulaciones. Menos oferta en económicas y derecho, ingeniería industrial o agrícola y forestal, y más oferta en ciencias de la salud y matemáticas.

Según los datos de la Seguridad Social y el Ministerio de Universidades, cruzados con la Fundación para el Conocimiento y Desarrollo (formada por las grandes empresas españolas) los estudios mejor pagados a los cuatro años de haberlos concluidos son los de medicina (38.273€ anuales, con una afiliación a la Seguridad Social del 93%). Seguidos de los de enfermería (31.322€, con en 89% de afiliación), por detrás matemáticas y estadísticas, ingeniería y farmacia.

¡La razón es bien sencilla! Con el permiso de la vocación a la profesión de más entrega a los demás.

Las tribunas y artículos publicados en medicosypacientes.com no representan posturas o posicionamientos oficiales del CGCOM
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