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Dr. Alfonso Moreno: “Troncalidad, un cambio para seguir mejorando”

Partiendo de la esencia de la troncalidad que es la poder formar al médico en más de una especialidad del mismo tronco sin tener que partir desde el principio en cada ocasión, el presidente del Consejo Nacional de Especialidades en Ciencias de la Salud, Dr. Alfonso Moreno, expone en este artículo publicado en “Diario Médico”, las principales características de este nuevo modelo formativo que, a su juicio, flexibilizará el sistema MIR y mejorará la competencia médica

 

Madrid, 13 de enero 2015 (medicosypacientes.com)

“Troncalidad, un cambio para seguir mejorando”

Dr. Alfonso Moreno, presidente del Consejo Nacional de Especialidades en Ciencias de la Salud

En el año 1978 se crea en España el programa MIR, como eje vertebrador de la formación del médico especialista, basado en el Real Decreto 2015/1978, en el que se determina la duración, criterios y contenidos necesarios para la formación en las diferentes especialidades médicas.

Hasta ese momento, la formación de especialistas quedaba, en cierta forma, regulada por las disposiciones parciales de la Ley de Especialidades de 1955, que permitía la obtención de un título de especialista simplemente por el hecho, por ejemplo, de haber estado inscrito en el ejercicio de una especialidad durante dos años en un colegio de médicos, obviamente sin que ello garantizase ni siquiera su ejercicio. Podría darse entonces el caso -real- de que un médico fuera especialista de forma simultánea en varias especialidades, algunas tan distintas como la Neurocirugía y los Análisis Clínicos.

Haber sido testigo ininterrumpidamente desde 1978 (primero como vocal y presidente de una comisión nacional y después, y durante más de 20 años, como presidente del Consejo Nacional de Especialidades Médicas) me permite hacer algunas reflexiones sobre la evolución que la formación especializada ha tenido en España en los últimos 30 años.

Como antes se ha señalado, la regulación de la formación a través del Real Decreto 2015/1978 fue el primer paso importante en este sentido, ya que por esa norma se crearon las comisiones nacionales de cada una de las especialidades, que han sido las que, de forma continuada, han tenido toda la competencia en materia de formación.

Otro paso importante fue el Real Decreto 127/1984, que unificó la formación especializada en unidades acreditadas que debían cumplir determinados requisitos, y que, además, definió la necesidad de la tutorización en la formación, lo que es absolutamente necesario y supone una de las principales características de la formación médica.

Pero fue la publicación, en noviembre del año 2003, de la Ley de Ordenación de las Profesiones Sanitarias (LOPS) lo que supuso un salto cualitativo importante, a la vez que sentó las bases para un mejor desarrollo de los aspectos formativos de los profesionales sanitarios. En esa ley y, concretamente, en el apartado de “Estructura de las Especialidades” se señala explícitamente que “las especialidades en Ciencias de la Salud se agruparán, cuando proceda, atendiendo a criterios de troncalidad”. Es precisamente este mandato el que introduce un cambio significativo en la formación especializada. Es evidente que el avance en el conocimiento científico y tecnológico en el ámbito de la Medicina hace necesaria una especialización del profesional médico, pero tampoco es menos cierto que ese conocimiento puede tener parcelas comunes y de solapamiento entre las distintas especialidades.

Por otro lado, actualmente, la especialización dirige al profesional hacia un camino que le obliga a permanecer en él durante todo el tiempo que dura esa especialización. En otras palabras, el especialista médico siempre ha de continuar con la especialidad que en su momento eligió, sin poder optar (a menos que comience de nuevo) a otra por la que en un determinado momento tenga preferencia. Esto supone, en definitiva, una evidente rigidez del sistema MIR, cuya vuelta atrás implicaba hasta ahora comenzar desde el inicio en otra nueva especialidad. Dicho esto, también es necesario señalar que no todas las especialidades existentes en la actualidad necesitan integrarse en troncos específicos.

Precisamente, la troncalidad trata de corregir esta situación en el sentido de que pueda definirse un periodo formativo común a varias especialidades, que la LOPS establece, al menos, en dos años. Desde ese periodo común o tronco, el profesional puede elegir el resto de su formación para la obtención de un título de especialista, pero si desea cambiar de especialidad al finalizar su formación, no necesita comenzar de nuevo, sino que puede hacerlo a partir del periodo formativo común. Ésta es la esencia de la troncalidad: poder formar al médico en más de una especialidad del mismo tronco sin tener que partir desde el principio en cada ocasión.

Ello hace, por una parte, menos rígido el sistema formativo y permite, además, un horizonte más amplio a la hora de poder decantarse por una u otra especialidad del tronco. Además, en situaciones puntuales de necesidades de determinados especialistas, la conversión es más sencilla que fuera del concepto de troncalidad. Por supuesto que también presenta dificultades, entre otras, que la decisión de agrupar especialidades por troncos excluye la posibilidad de formarse con la misma flexibilidad en las que no pertenecen al tronco elegido. Además, puede añadir complejidad a la hora de definir con precisión los periodos formativos dentro de un mismo tronco.

Mejorar competencias y organización

Podríamos, por tanto, decir que entre los objetivos que llevan a desarrollar este aspecto de la troncalidad están, además de favorecer la elasticidad en la oferta de las diversas especialidades, mejorar el proceso de formación especializada y la competencia final de los especialistas sanitarios, así como favorecer una organización asistencial acorde con las nuevas tecnologías y los procedimientos asistenciales.

Todas estas situaciones están recogidas en el Real Decreto 639/2014, de 25 de julio, que regula la troncalidad, y el papel que las nuevas comisiones nacionales, renovadas en su totalidad, y el nuevo Consejo Nacional de Especialidades en Ciencias de la Salud han de jugar participando en su desarrollo mediante las normativas necesarias será crucial para hacer que la formación especializada en España siga ocupando el papel de vanguardia que tiene reconocido y acreditado desde hace más de 30 años.

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