lunes, julio 22, 2024

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Carlos Rus: “Prestar una asistencia sanitaria de calidad jamás debe estar condicionado por si la gestión de un centro es de titularidad pública o privada”

Carlos Rus, presidente de la Alianza de la Sanidad Privada Española (ASPE), aborda el papel que juega y que debe de jugar la sanidad privada en España, la situación de sus profesionales y las medidas necesarias para la reconstrucción sanitaria en España en esta entrevista para el Suplemento de fin de semana de Médicos y Pacientes

¿Qué papel juega la sanidad privada en España?

 
El sector de la Salud es un importante motor productivo y relevante generador de empleo en España -con más de 366.000 trabajadores Representa el 40% de la actividad y el 29,4% del gasto sanitario, equivalente al 2,7% del PIB. La sanidad privada es, además, un sector de alta cualificación e impulsor de la innovación tecnológica y la investigación en el ámbito sanitario.
 
En datos: el 56% de los hospitales españoles son privados (431), lo que suponen el 32% de las camas hospitalarias existentes (49 748) y contamos además con 24 hospitales universitarios. Respecto a la actividad, el sector hospitalario privado lleva a cabo el 39% de las intervenciones quirúrgicas, el 30,9% de las urgencias y una de cada tres actividades quirúrgicas de alta complejidad.  
 
¿Debe de aspirar a más o está bien el equilibrio actual?
 
Queda mucho por hacer en materia de eficiencia. Los problemas estructurales del Sistema Nacional de Salud, agravados tras la pandemia, dan muestras de ello. La sanidad privada tiene que complementar todas aquellas zonas de actividad en las que podemos ser más ágiles, en menor tiempo y coste. Si somos capaces de hacerlo, el paciente sale reforzado. Prestar una asistencia sanitaria de calidad y esforzarnos por mejorarla debe ser la prioridad absoluta de cualquier país y jamás debe estar condicionado por si la gestión de un centro es de titularidad pública o privada.
 
¿Qué retos tiene a corto plazo la sanidad privada?
 
Poner en valor el tejido empresarial sanitario y reforzar la colaboración y complementariedad público-privada, de eficiencia demostrada en los propios análisis que periódicamente realiza el Ministerio de Sanidad, ya que es la garantía de un modelo que sitúa por delante de cualquier otra premisa la atención al paciente.
 
También es fundamental poder trabajar en escenarios económicos fiscales estables como, por ejemplo, un IVA superreducido permanente que facilite una mayor disponibilidad de recursos para mejorar la asistencia sanitaria.
 
Además, la adecuada interoperabilidad con el sistema público en pro del paciente, resolver la carencia de profesionales médicos y de enfermería y favorecer un especial soporte a la dependencia son otros aspectos que consideramos prioritarios.
 
¿La sanidad privada va a poder aprovechar algunos de los fondos europeos para la recuperación?
 
Es pronto para hacer una valoración, pero lo que es fundamental es que se gestionen con responsabilidad y se invierta, por ejemplo, en la imprescindible mejora de equipos tecnológicos y en capacidad de interoperabilidad, con un esfuerzo de digitalización en todos los eslabones del Sistema Nacional de Salud. Además, el sector sanitario se ha visto afectado de forma directa por esta pandemia, con la que aún convivimos, por lo que se deberían establecer compensaciones a los profesionales sanitarios por su trabajo y entrega frente a la Covid-19.
 
¿Cuáles son las propuestas de la sanidad privada para la reconstrucción del SNS tras la pandemia?
 
Tal como tuvimos ocasión de exponer en la Comisión de Reconstrucción del Congreso de los Diputados, el modelo en el que confiamos y apoyamos es un modelo universal, equitativo, abierto y de financiación pública. Pero sin olvidar que ya hoy la sanidad supone alrededor del 40% del presupuesto de las Comunidades Autónomas, con un gasto conjunto que representa el 6,4% del PIB.
 
En este sentido, el modelo colaborativo es una herramienta clave de gestión para ayudar a canalizar la asistencia de pacientes en condiciones de una prestación de calidad. Necesitamos reformas estructurales para favorecer la optimización de la gestión sanitaria.
 
El modelo de futuro debe centrarse en la persona y en sus necesidades mediante servicios de información y a través de nuevas herramientas tecnológicas. Es vital aplicar criterios de eficiencia en la gestión para evitar duplicidades de pruebas diagnósticas, por ejemplo, o inversiones innecesarias cuando hay recursos e infraestructuras ya en funcionamiento y con capacidad de ser utilizados como apoyo.
 
Fomentar a su vez la educación socio-sanitaria, que facilite el seguimiento terapéutico y la atención domiciliaria. Facilitar mediante medidas fiscales, como el establecimiento de IVA superreducido, el acceso a equipamientos, suministros y consumibles. Y abordar de forma agrupada e internacional la investigación médica, con especial hincapié en las enfermedades raras, e incorporar las TIC y el big data en la toma de decisiones. 
 
¿Existe falta de profesionales en la sanidad privada? ¿Superior o inferior que en la sanidad pública?
 
Sí, la sanidad privada sufre de forma significativa la escasez de profesionales. A pesar de haber aumentado un 6,6% sus plantillas en el complejo contexto de la pandemia siguen precisando de la incorporación de nuevos profesionales, con una necesidad media-alta de enfermería en el 95% de los hospitales y de médicos en el 58%.
 
¿Hay que revisar las condiciones contractuales y retribuciones de los profesionales que prestan servicio en la sanidad privada?
 
En ASPE tenemos muy claro que la retención del talento y el bienestar del personal sanitario es algo prioritario, así nos lo transmiten nuestros asociados. Las condiciones salariales es una de las vías, pero no la única, según las propias encuestas de nuestros centros, en las que se valoran otros muchos aspectos como la estabilidad laboral, la posibilidad de hacer carrera o la flexibilidad para conciliar vida personal y profesional respecto al ejercicio en el sistema sanitario público.
 
¿Qué sinergias existen actualmente entre ASPE y el Consejo General de Médicos? 
 
Recientemente hemos presentado la ‘Cátedra Extraordinaria de Salud Sostenible y Responsable’ junto a la Universidad Complutense de Madrid, cuyo objetivo es apoyarnos en el rigor investigador e imparcialidad académicas para evaluar, medir y analizar elementos relevantes y sensibles del sector sanitario en su conjunto. Un proyecto muy ilusionante del que esperamos obtener pronto resultados de interés. 
 
Además, estamos en permanente contacto respecto a problemáticas que afectan a todo el circuito de la atención sanitaria, como el déficit de especialistas médicos o la relación de los profesionales, los centros sanitarios y las aseguradoras de salud.
La investigación, el diálogo y la colaboración conjuntas son fundamentales ya que médicos y provisión sanitaria somos dos eslabones indivisibles en el sistema de salud.
 
Los diferentes criterios de los gobernantes autonómicos respecto a la participación de la sanidad privada ¿pueden crear inequidades en la atención sanitaria en función del código postal?
 
Desde luego, ante la problemática de las listas de espera, por ejemplo. Los pacientes de aquellas regiones que deciden apoyarse más decididamente en el sector sanitario para avanzar en intervenciones pendientes o pruebas diagnósticas no estarán en la misma situación (a nivel de tiempos de espera ni de capacidad de elección) que aquellos otros a los que su circuito público no les ofrezca esa alternativa. 
 
Los datos de estudios realizados por el CGCOM muestran que los profesionales sanitarios están al límite de fuerzas con altas cifras de burnout etc. ¿cuáles son sus propuestas para combatir este desgaste y malestar?
 
Somos muy conscientes de esta problemática. El pasado octubre organizamos el primer Congreso de Salud y RRHH y una de las conclusiones compartidas por la veintena de expertos participantes fue la necesidad del trabajo transversal de RRHH y órganos de dirección y la importancia del soporte a cargos intermedios para gestionar mejor la salud psicológica de los empleados.
 
Se identificaron necesidades surgidas tras la pandemia, como: el acompañamiento, la articulación de planes de bienestar más personalizados, la formación continua, la digitalización o la flexibilidad.
Y por supuesto se abordó la salud mental. Los programas de cuidado que están poniendo en marcha algunos asociados de ASPE ponen el acento precisamente en facilitar mecanismos de gestión de emociones a esos profesionales que, a su vez, han tenido que gestionar situaciones emocionalmente muy complicadas en el marco de la pandemia.
 
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