Alejandro López Andrada, poeta, escritor, novelista y periodista, ejerce de jurado en la novena edición del Premio de Novela Albert Jovell de la Fundación para la Protección Social de la Organización Médica Colegial (FPSOMC). Es considerado como uno de los mejores poetas en lengua española en la actualidad y cuenta con infinidad de premios.
Desde su experiencia, ¿qué puntos fuertes tiene la obra ganadora, ‘Las chicas de la Academia’ de José Solana Dueso para haber sido la elegida como ganadora del IX Premio de Novela Albert Jovell-FPSOMC?
Me parece una novela espléndidamente escrita, con un tono literario impregnado de delicadeza poética. Que hunde su raíz en una época histórica interesantísima del mundo clásico griego con una mirada hermosamente feminista, moderna y actual. Tanto en la forma como en el contenido “Las chicas de la Academia” es una novela hermosa, de una belleza literaria subyugante. Que consigue conectar muy bien el mundo clásico con la modernidad.
Como miembro del jurado y autor literario, ¿qué le parece la existencia de este galardón creado por la profesión médica?
Estoy convencido de que fue un enorme acierto la creación de un premio tan genuino, auténtico y prestigioso como el Albert Jovell. De algún modo, su enorme prestigio contribuye a engrandecer el sentido y la importancia de la profesión médica. Relacionándola directamente con el mundo de las Letras y la Cultura con mayúsculas. Además, el hecho de ser publicado el libro ganador por la editorial Almuzara, una de las más prestigiosas e importantes de nuestro país. Con distribución nacional e internacional, le da aún más prestigio, solidez y fama. Afianzándose así como uno de los premios literarios más importantes de nuestro país.
¿De qué manera considera que este premio incentiva la labor de escritores y promueve la creación literaria?
Creo que el Albert Jovell es uno de los premios de novela más genuinos, limpios y auténticos de las letras hispánicas. No en balde, cada edición nueva cuenta con un mayor número de novelas presentadas al certamen. Hasta hoy lo han ganado escritores de mucha valía y prestigio, como, por ejemplo, Joaquín Pérez Azaústre. Uno de los narradores españolas más importantes y genuinos de la actualidad. Por otro lado, el hecho de contar con un jurado de prestigio y el respaldo de un gran grupo editorial hace que las nuevas voces narrativas. Y muchas de las consagradas, se presenten al certamen. Teniendo en cuenta la enorme difusión que, año tras año, viene teniendo el premio dentro y fuera de nuestro país.
¿Qué opinión le merece el autor José Solana Dueso?
Me parece un escritor sólido, un narrador con buen pulso narrativo que en su novela ganadora del Premio Albert Jovell demuestra, además de una inmensa destreza literaria, un gran conocimiento del mundo clásico griego. Y, también, del alma femenina, habiendo escrito una novela de una enorme sensibilidad y calidez literaria y humana. Uno de esos libros que dejan huella en los ojos y el alma del lector.
La Fundación para la Protección Social de la Organización Médica Colegial ayuda a los médicos y sus familias en situaciones difíciles con ayudas o servicios ¿Cuál es su opinión sobre esta labor?
Sin duda ninguna, es una hermosa y atractiva labor, un gesto de una gran importancia humana y social. Nada hay más bello e importante en este mundo para mí que ayudar y prestar atención en cualquier situación de nuestra vida a los más frágiles y necesitados. Me parece, sinceramente, una labor absolutamente meritoria y loable que merece un elogio absoluto y sin reservas por mi parte.
¿Qué vínculo considera que existe entre los valores de la Medicina y los valores humanísticos o la literatura?
Desde siempre, desde la noche insondable de los tiempos, la literatura ha bebido en muchos momentos de temas relacionados con la Medicina y la Ciencia a cualquier nivel. Hay obras literarias soberbias, de enorme valor artístico y humanístico, inspiradas en médicos o en la labor ejercida por estos en distintos momentos de la historia. A mi modo de ver, algo tan necesario y esencial como la Medicina y la figura de quien la ejerce, el médico, ha sido siempre un motivo de inspiración. Un ejemplo clásico de lo que digo, por citar algún libro, es el de la novela “El médico”, de Noah Gordon, un clásico de la literatura internacional.
