viernes, abril 19, 2024

Portal informativo de la Organización Médica Colegial de España

InicioHistoricoVigila tu colesterol

Vigila tu colesterol

Controlar el colesterol, puede ser la mejor garantía para no sufrir una enfermedad cardiovascular: la principal causa de muerte en los países desarrollados

Un nivel alto de colesterol y el tabaco son los principales factores de riesgo para el desarrollo de enfermedades cardiovasculares, principales causas de muerte en los países desarrollados y que también, se prevé que llegarán a serlo para el 2020 en muchos países emergentes. Los expertos apuntan sobre la necesidad de mantener unos niveles de colesterol LDL (?colesterol malo?) cuanto más bajos mejor y, muy especialmente, en aquellos pacientes de riesgo como son los coronarios, diabéticos e hipercolesterolémicos

El colesterol es una sustancia grasa natural presente en todas las células del cuerpo humano y necesaria para el normal funcionamiento del organismo. Esta grasa tiene unas funciones importantes, ya que interviene en la formación de ácidos biliares, necesarios para la digestión de las grasas, forma parte de la membrana celular, se transforma en vitamina D por la acción de los rayos solares e interviene en la formación de hormonas tiroideas y sexuales.

En cifras normales, el colesterol es un factor de salud, pero si elevan en exceso los niveles en sangre, entonces se convierte en gran un enemigo para nuestro organismo. La mayor parte del colesterol se produce en el hígado que fabrica, aproximadamente, 1.000 ml al día. Otra fuente de colesterol que tiene nuestro organismo es a través del algunos alimentos como la mantequilla, yemas, algunas comidas grasas, etc. que se absorben por el intestino.

Existen dos tipos de colesterol: el LDL, llamado ?colesterol malo?, que es el encargado de transportar nuevo colesterol desde el hígado a todas las células de nuestro organismo. En concentraciones elevadas se deposita en las paredes arteriales causando la formación de una sustancia dura y gruesa denominada placa de ateroma, que, con el paso del tiempo, hace que estas arterias se engruesen y se estrechen dando lugar a la llamada aterosclerosis e impidiendo la circulación de la sangre. El otro tipo es el HDL, ?colesterol bueno?, que previene la aterosclerosis al ser capaz de extraer el colesterol de las paredes arteriales y eliminarlo a través del hígado.

Establecer una cifra ?normal? de colesterol es difícil pues depende del paciente, edad y sus factores de riesgo. Existen estudios que señalan que las personas con niveles de colesterol en sangre de 240 mg/dl tiene el doble de riesgo de tener un infarto de miocardio que aquellos con cifras de 200 mg/dl. Se considera que una persona padece hipercolesterolemia cuando tiene niveles de colesterol superiores a 200mg/dl. Como parámetros normales, el colesterol LDL debe ser inferior a 100-130mg/dl y el colesterol HDL debe ser superior a 35mg/dl en el varón y 40 mg/dl en la mujer.

Población de riesgo

Existe un grupo de pacientes que deben mantener sus niveles de colesterol LDL cuanto más bajos mejor:

  • Coronarios: es muy importante que tengan un control exhaustivo, de forma continuada. Se recomienda:
    • colesterol LDL: menor a 100 mg/dl
    • colesterol bueno: mayor a 40 mg/dl
  • Diabéticos: estos pacientes tienen un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular, por lo que deben controlar su colesterol. Se recomienda:
    • colesterol LDL: menor a 100 mg/dl
    • colesterol bueno: mayor a 40 mg/dl
  • Hipercolesterolémicos familiares: esta enfermedad es un trastorno genético que se manifiesta desde el nacimiento. Un 80% de las personas que padecen esta enfermedad no están diagnosticadas. Se caracteriza por un aumento del colesterol en sangre y debido a ello se tiene un elevado riesgo de desarrollar infarto de miocardio desde edades muy tempranas. Los niveles de colesterol de estos pacientes son el doble que la población normal. Se recomienda:
    • colesterol LDL: menor a 130 mg/dl
    • colesterol HDL: menor a 100mg/dl

Prevención

La mejor prevención es llevar una dieta saludable. La más recomendable por los especialista es la mediterránea, ya que incluye un aporte de grasa que proviene de los ácidos grasos monoinsaturados y polinsaturados que están presentes, sobre todo, en el aceite de oliva, el pescado y los aceites de semillas. Asimismo, es recomendable el consumo de legumbres, frutas, verduras, hortalizas, cereales y pescado. Los expertos aconsejan que si se lleva una dieta rica en ácidos grasos polinsaturados y pobre en ácidos grasos saturados y colesterol se puede reducir los eventos cardiovasculares tanto mortales como menos graves en un 70%.

Por otro lado, también se recomienda realizar ejercicio moderado ya que produce cambios hemodinámicos, hormonales, metabólicos, neurológicos y respiratorios. Un programa de ejercicio aeróbico como caminar, carrera suave, ciclismo o natación a intensidad moderada y de manera regular tiene efectos beneficiosos en la disminución de los niveles de los triglicéridos y el LDL, así como el aumento del HDL. Antes de realizar cualquier actividad se debe consultar al médico, que en función del aparato respiratorio y cardiovascular de cada persona, le indicará cuál es el ejercicio más adecuado.

Diagnóstico y tratamiento

El colesterol no duele ni produce síntomas, su acción es silenciosa hasta que aparecen las primeras complicaciones. El diagnóstico del colesterol sólo puede conocerse mediante un análisis de sangre y es conveniente que se lo realicen, periódicamente, aquellas personas que padecen una enfermedad cardiovascular y los familiares de pacientes con hipercolesterolemia. Una vez diagnosticado que se tiene unos índices de colesterol alto, el médico puede establecer una dieta o bien complementarlo con fármacos.

Cuando la dieta saludable y el ejercicio no han reducido el colesterol, el especialista pasa a prescribir un tratamiento farmacológico. Sin embargo, los medicamentos nunca deben sustituir a un estilo de vida cardiosaludable y una buena alimentación.

En la actualidad, los tratamientos más prescritos para reducir los índices de colesterol son las estatinas (lovastatina, pravastatina, fluvastatina, simvastatina y atorvastatina), que inhibe la grasa que absorbe el hígado. Los últimos estudios europeos y americanos revelan que no se está controlando con éxito los niveles de colesterol, sobre todo, en pacientes con problemas cardiovasculares. Los especialistas opinan que este fracaso terapéutico se debe en gran parte a que el paciente en cuanto reduce sus niveles de LDL, abandona el tratamiento.

Otros tratamientos para el colesterol son las resinas, fitosteroles, fibratos y ácido nicotínico, aunque estos fármacos son menos prescritos.

Hasta hace poco, los tratamientos que existían sólo inhibían la grasa absorbida a nivel hepático. Recientemente ha aparecido un nuevo principio activo, ezetimiba, que reduce la grasa que se absorbe a través del intestino. Todavía es muy pronto para obtener resultados sobre la eficacia de este nuevo fármaco. Pero según una encuesta realizada a cardiólogos de cinco países europeos sobre la administración conjunta de estatinas y ezetimiba, el 84% de los especialistas encuestados están de acuerdo con la prescripción conjunta de estos dos fármacos ya que creen se puede conseguir mayores reducciones del colesterol LDL que si sólo se administran las estatinas.

Por lo general, aunque depende de cada paciente, en un principio el médico prescribe un tratamiento de estatinas y si no bajan los niveles de LDL, se va aumentando la dosis del fármaco. Si tampoco así se consigue una reducción de los índices del colesterol malo, es cuando el médico puede prescribir la ezetimiba junto con las estatinas.

Niveles de colesterol

La Fundación Española del Corazón recomienda:

Colesterol total: Colesterol LDL: Triglicéridos:
normal: menos de 200mg/dl normal: menos de 100 mg/dl normal: menos de 150mg/dl
normal-alto: entre 200 y 240 mg/dl normal- alto: de 100 a 160 mg/dl normal-alto: entre 100 y 500 mg/dl
alto: por encima de 240 mg/dl alto: por encima de 160 mg/dl alto: por encima de 500 mg/dl

Tipos de grasas

En la dieta habitual se debería limitar desde una edad muy temprana el consumo de grasas alimenticias y así disminuir la cantidad de colesterol en sangre.

Existen varios tipos de grasas alimenticias:

  • Grasas saturadas. Se encuentran ante todo en los alimentos de origen animal como:
    • Carnes grasas (vaca), aves (piel) y cordero
    • Productos lácteos, mantequillas, helados y productos de pastelería
    • Aceite de palma y de coco

    Estas grasas elevan el nivel de colesterol al transformarse y metabolizarse. Se recomienda disminuir su consumo.

  • Grasas monoinsaturadas. Se encuentran principalmente en el aceite de oliva y frutos secos (nueces, almendras y pistachos). Tienen un efecto beneficioso sobre el colesterol, bajando el colesterol ?malo? y aumentando el ?bueno?. Se recomienda aumentar su consumo.
  • Grasas polinsaturadas. Se encuentran en los aceites vegetales de girasol, maíz y de soja. Tienen un efecto beneficioso en la regulación del contenido de colesterol en sangre por sus aportes de colesterol ?bueno?. Se deben utilizar este tipo de grasas, en lugar de las saturadas, ya que actúan contra la formación de la placa de ateroma.
  • Grasa Omega 3. Se encuentra en el aceite de pescado. Estas grasas disminuyen la tendencia a formar trombos en la sangre, es por ello muy recomendable. Se encuentra en la trucha, el salmón y el jurel.
  • Ácidos grasos Trans. Es un tipo de grasa ?artificial?, que se encuentra en alimentos como el bizcocho, ?crakers? y patatas fritas. Actúan igual que las grasa saturadas, aumentando el colesterol ?malo?. Es conveniente restringir su consumo.

PRECAUCIÓN: A veces los alimentos etiquetados ?sin colesterol?, pueden no ser ?sin grasas saturadas?. Estas etiquetas pueden hacer pensar que son alimentos saludables para el corazón, aunque puede que no lo sean.

Enlaces relacionados:

Relacionados

TE PUEDE INTERESAR

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Más populares