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Soledad y envejecimiento en la clausura de los cursos de Formación Continuada

Con la participación del doctor en psicología Javier Yanguas Lezaun se ha puesto el punto y final al ciclo dedicado al envejecimiento, que suponía a su vez la clausura del programa de formación continuada que lleva desarrollando la Fundación Científica del Colegio de Médicos de Segovia desde el 10 de febrero en este 2021

En la ponencia, Yanguas comenzaba adentrándose en el concepto de soledad, que es “muy subjetivo, ya que es un sentimiento personal” para después identificar algunos factores de la soledad, así como recordar la incidencia de ésta en la salud. Existe una coincidencia en los análisis en estimar que entre el 30 y el 40 por ciento de los mayores de 65 años tiene o siente soledad. Sin embargo, dentro de ese porcentaje de personas que padece este problema, “el 70% viven acompañadas”, resumía el ponente, tratando de dibujar una aproximación a estados y percepciones tan complejos como el que ocupó esta charla. 

 
Este experto integró éstos y otros contenidos, armando así la charla ‘Los aspectos psicosociales del envejecimiento: el reto de la soledad’, con el que trazó un diagnóstico de nuestros mayores muy certero, que surge de la documentación incluida en los tres informes que ha elaborado la fundación en los años 2018, 2019 y 2020. Con su amplio conocimiento en el campo de la psicología, advirtió que convendría un replanteamiento de los modelos de vejez, revisando lo que entendemos por proyecto de vida, con el fin de dotarnos de pilares más robustos, “y que vayan más allá de llenar con multitud de actividades las horas del día”. La vejez es una etapa a la que llegamos de forma muy diferente, dependiendo de lo realizado, aprendido y vivido en las etapas previas. Como conclusión, Yanguas Lezaun recuerda que la experiencia nos indica que “si nos comprometemos en las relaciones, si alimentamos la relación y el vínculo con los demás, tenemos menos posibilidades de estar solos de mayor”.
 
Más allá de la actitud de cada uno, preguntado el ponente sobre si la sociedad como conjunto tiene capacidad de asesorar y ofrecer respuestas al individuo anciano, señala: “No tenemos un proyecto para la vejez. Sabemos lo que esperamos de los niños, de los jóvenes y de los adultos, pero ¿qué se espera de un anciano? Creo que no tenemos proyectos para nuestros mayores más allá de decirles que hagan actividades y se cuiden”, por lo que entiende que antes de hablar de falta de recursos tendríamos que un debate de mayor envergadura.
 
Informe 2018
 
El trabajo de la fundación, que comenzaba hace tres años, ponía las primeras bases, con titulares concretos, como que “a más edad, más soledad”. Esa es una de las conclusiones de este estudio que introducía algunas otras conclusiones muy interesantes, como el papel que juega la red o entorno social en el mayor. “La soledad está relacionado con las relaciones que tenemos. A mayores relaciones, menos soledad, pero podemos sentir soledad a pesar de estar rodeados de personas”, apunta este psicólogo, resaltando cifras como que “el 20% de las personas entre 20 y 39 años está en riesgo de aislamiento social a medio o largo plazo”, un porcentaje que va subiendo a medida que se ganan años hasta llegar al 40% en la franja de mayor edad.
 
El estudio también analizaba el valor de las redes familiar y social en las personas, situando  éstas como un paraguas idóneo para evitar la soledad, sobre todo en el caso de contar con fuertes redes en el apartado familiar. Si atendemos al ámbito del entorno social, su calidad se mide tanto en el número de encuentros y contactos, como en la proximidad y profundidad de los mismos, destacando igualmente que “a mayor y mejor red social, menos soledad”, según señalan.
 
Informe 2019
 
Una de las conclusiones más destacadas de este documento tiene sesgo de edad y género, con una progresiva valoración del componente emocional a la hora de identificar la soledad, apareciendo ese sentimiento antes en las mujeres que en los hombres. “El hombre, en general, reclama compañía, como algo más instrumental, pero la mujer es más proclive a desarrollar sentimientos de abandono, de vacío y de indefensión”, indica Javier Yanguas.
 
Informe 2020
 
Durante el año del coronavirus también se realizó el seguimiento y análisis de datos para elaborar un nuevo informe, con conclusiones relevantes como que “han afrontado mejor la pandemia aquellas personas mayores que contaban con más recursos personales”, entendiendo por recursos personales la capacidad de regulación emocional y vital. Además, una de cada tres personas afirmaba en mayo que había pasado miedo; un porcentaje similar reconocía que había tenido pensamientos negativos y casi la mitad de los consultados tenía ansiedad y nerviosismo. A su vez, el estudio constataba que los mayores con proyectos de vida más completos, los que sumaban al desarrollo de actividad física, iniciativas de carácter personal y emocional (como la realización de voluntariado, por ejemplo) soportaban mejor el duro contratiempo que se vivió durante el pasado año.
 
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