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Males veraniegos

El verano, por ser una época de calor y humedad, es caldo de cultivo para hongos, bacterias y virus. Nadie esta inmunizado a contraer una infección en ojos, oídos, pies… La prevención es la mejor arma para que no amarguen las vacaciones

Madrid, 1 de agosto 2008 (Redacción)

Conjuntivitis

La conjuntivitis es una inflamación de la conjuntiva, membrana transparente que contiene vasos sanguíneos y que recubre toda la parte anterior del globo ocular exceptuando la córnea. Las causas de la conjuntivitis pueden ser múltiples: infecciones, alergias, respuestas inmunológicas, agresiones por agentes físicos o químicos (sal, cloro…). Asimismo, su tratamiento y recuperación dependerá de la causa que la provoca.

Los síntomas de la conjuntivitis más frecuentes son: enrojecimiento del ojo, sensación de tener un cuerpo extraño, picor o escozor, secreción ocular, sensibilidad a la luz…

Las conjuntivitis infecciosas agudas son las que más se padecen. Estas conjuntivitis son producidas por virus o bacterias, éstas últimas provocan que el ojo descargue durante la noche una mucosa amarilla o verde que puede llegar a pegar las pestañas. La conjuntivitis bacteriana suelen curarse en 2-3 semanas y las víricas alrededor de un mes. El tratamiento recetado consiste en la aplicación de colirios antibióticos o pomadas antibacterianas.

En algunos casos, la conjuntivitis puede provocar una pérdida de visión pasajera pero si llega afectar a la córnea puede convertirse en crónica.

Ante cualquier síntoma del ojo, acudir al especialista y en ningún caso utilizar colirios por su cuenta.

En verano es muy frecuente la aparición de la conjuntivitis debido a factores que rodean a esta estación:

  • Aire acondicionado ya que produce un aumento de la evaporación de la lágrima por lo que disminuye la rotección de la conjuntiva e incluso sequedad ocular.
  • Los rayos solares pueden producir un tipo de conjuntivitis llamada actínica. Nunca se debe mirar al sol (puede producir queratoconjuntivitis y lesiones retinianas). En caso de estar expuesto a un largo tiempo, se recomienda utilizar gafas de sol con filtros ultravioletas.
  • El agua puede llevar agentes infecciosos. Asimismo, el mar por su cantidad de sal (mayor que en la lágrima) tiene un componente irritante y el agua clorada tiene un efecto tóxico sobre la conjuntiva.
  • Si usa lentes de contacto, debe tener un mayor cuidado ya que son cuerpos extraños que se contaminan fácilmente y como se apoyan sobre la córnea pueden producir infecciones cornéales (Ej: queratitis). Se recomienda no bañarse en el mar o piscinas con ellas y, si se hace, no abrir los ojos dentro del agua ya que las lentes de contacto pueden infectarse.

La conjuntivitis puede ser muy contagiosa, en caso de padecerla es importante que siga los siguientes consejos:

  • Lavarse las manos con jabón aséptico.
  • Utilizar toallas de papel.
  • Limpiar suavemente los fluidos que salen del ojo.
  • Para calmar el escozor o picor: utilizar compresas de agua fría o tibia
  • No maquillarse y ni utilizar lentes de contacto.

Otitis

En verano, aumenta las patologías del oído debido a la humedad, agua en malas condiciones y falta de higiene. La otitis es una de las afecciones del oído más comunes, que consiste en una inflamación de las estructuras del oído, puede ser externa o interna dependiendo de la zona del oído afectada (según su evolución será aguda o crónica).

La más común es la otitis externa, una infección producida por la entrada de los gérmenes, bacterias o hongos, que proliferan en condiciones de humedad, calor y obscuridad. Existen diferentes tipos de otitis las más frecuentes y asociadas al verano son las que llamamos otitis del nadador., que consiste en la entrada de agua contaminada en el conducto lo que provoca dolor de oído, salida de líquido al exterior, fiebre, picor y, en algunos casos, perdida de audición si se cierra el oído por un edema o una inflamación.

En otros casos, la otitis externa es producida por la infección de un forónculo que provoca dolor auditivo al movilizar el pabellón auditivo y una inflamación y enrojecimiento del conducto auditivo externo.

En la otitis media, la inflamación se produce en el oído medio y las causas son por un mal funcionamiento de la Trompa de Eustaquio , rinitis…

Una otitis mal curada puede llegar a ser crónica y desencadenar en una intervención quirúrgica. Si el oído empieza a supurar puede que haya una perforación del tímpano.

Ante la llegada del verano, conviene visitar al otorrinolaringólogo con el fin de limpiar los conductos y dejar los libres de cera. En el caso de presentar una perforación del tímpano es aconsejable colocar unos tampones (deshecharlos con frecuencia) para que no penetre el agua en el odio medio.

Hongos en el pie

Los pies son una de las partes del cuerpo que más sufren el calor, los roces o la humedad. Es por ello que son más propensos a que se instalen hongos. La piel cuenta con un manto ácido y graso que forma una fina capa protectora contra los hongos. Si esta capa protectora del pie se rompe, pueden infectarse con hongos más fácilmente. Los lugares húmedos como piscinas, gimnasios, duchas públicas… son potenciales focos de contagio.

Se pueden distinguir tres tipos de hongos: dermatofitos, levaduras y mohos. Los dos primeros son los que se desarrollan con más frecuencia en el ser humano. Las infecciones por hongos son más comunes en verano debido a un mayor contacto con el agua (el mejor hábitat para estos mircroorganismos). Entre las más frecuentes se encuentran:

  • Pie de atleta.: la infección se presenta en la planta y en los espacios entre los dedos. Es muy contagiosa (incluso personas que se bañan en la misma piscina). Sus síntomas son: picor en la zona, ablandamiento, aparición de grietas, descamación de la piel, pequeñas ampollas con un líquido acuoso.
  • Onicomicosis.: producido por los dermatofitos que alteran la queratina de la uña. Las uñas se vuelven gruesas, sin brillo, y, poco a poco, se van separando de la carne hasta que se caen.
  • Papiloma.: es sinónimo de verruga vírica vulgares y suele aparecer en las plantas de los pies. Al ser de origen viral se contagia por el simple contacto. Por ello debemos evitar pisar por zonas de poca higiene como arenas de playa, duchas, piscinas, gimnasios… ya que pueden estar contaminadas con este virus. Los papilomas pueden ser muy dolorosos ya que el peso del cuerpo hace que se introduzca dentro de la piel, como un clavo, y nos duela al andar. El tratamiento consiste en la aplicación de pomadas antiverrugas o intervención quirúrgica (crioterapia con nitrógeno liquido o electrocuagulación).

Consejos para evitar infecciones

  • Evitar caminar descalzo por el borde de la piscina, gimnasios, duchas, saunas…
  • Llevar sandalias de goma al utilizar las duchas públicas.
  • Usar calzado que permita una buena transpiración en el pie (se recomienda tipo sandalia y no confeccionado con materiales sintéticos).
  • Higiene diaria del pie:
  • Lavado: debe hacerse con agua fría y con jabón de acidez PH 5.5.
  • Secado: secar bien el pie, especialmente, entre los dedos ya que la humedad favorece las infecciones por hongos, bacterias o virus.
  • Hidratación: cremas hidratantes con lanolina o vaselina en toda la superficie del pie pero siempre en pequeñas cantidades.
  • Cortar las uñas: forma recta y siguiendo la morfología del dedo.
  • No compartir las zapatillas ni las toallas.
  • Con el calzado deportivo, utilizar calcetines de algodón que permiten la transpiración.
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