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Las doctoras Mónica González y Marian Martínez analizan la actualidad de los trastornos del sueño

De acuerdo con las doctoras Mónica Gozález y Marian Martínez, coordinadoras de la Unidad del Sueño de Valdecilla: “se han disparado las cifras de casos de insomnio y los sueños de contenido angustioso”

La Unidad de Trastornos del Sueño y Ventilación (UTSyV) del Hospital Universitario Marqués de Valdecilla atiende toda la patología del sueño de la Comunidad Autónoma, respiratoria y no respiratoria, así como las enfermedades que requieren el uso de ayudas respiratorias (máquinas para respirar adecuadamente) y a la población infantil con sospecha de Síndrome de apnea-hipopnea durante el sueño o con enfermedades neuromusculares y neurodegenerativas subsidiarias de ayudas musculares. Se fundó en los años 90 por un neumólogo y una neurofisióloga, el doctor Jiménez y la doctora Carpizo, fue pionera en las unidades del sueño en nuestro país y en la actualidad está reconocida como unidad multidisciplinar en trastornos del sueño con carácter de excelencia.   

 
En esta Unidad del Sueño trabajan especialistas en medicina del sueño de diferentes áreas y, aunque al frente de la unidad diariamente están los neumólogos y los neurofisiólogos, están coordinados con otros especialistas, como cirujanos maxilofaciales, ortodoncistas, neurólogos, pediatras, psicólogos o psiquiatras.  
 
A pesar del confinamiento y de haber estado sin actividad física, durante el año 2020 la Unidad ha efectuado más de 2000 pruebas diagnósticas entre hospitalarias y domiciliarias, y ha atendido de forma presencial o a través de llamadas telefónicas y conexión a sus equipos, si era necesario, a 8.000 pacientes entre patología respiratoria y no respiratoria del sueño. Pero la pandemia ha disparado las cifras de patologías como el insomnio.
 
La neumóloga Mónica González trabaja desde el 2004 en la Unidad de Sueño y Ventilación del Hospital Universitario Marqués de Valdecilla, vino de la Unidad del Sueño de Burgos, y junto a la doctora cántabra Marián Martínez, neurofisióloga, llevan 15 años encargándose de esta actividad que hoy analizan para el Colegio de Médicos de Cantabria con motivo del Día Mundial del Sueño, que se celebra el día 19 de marzo.
 
Llevamos más de un año de pandemia que ha dejado muchas secuelas no solo derivadas de la patología Covid, ¿cómo ha afectado esta epidemia mundial y la incertidumbre que conlleva al sueño de los cántabros? 
 
Doctora Marian Martínez: 
La pandemia ha supuesto un cambio repentino y brutal en nuestras vidas. Vivíamos “demasiado tranquilos” y nos hemos percatado de que de un día a otro todo puede cambiar, hemos sido conscientes de nuestra vulnerabilidad. La incertidumbre ante el futuro, junto al miedo a la enfermedad o a la muerte de nuestros familiares más cercanos o de nosotros mismos ha generado un estrés tremendo que ha repercutido como era de esperar en la calidad del sueño nocturno. Se han disparado las cifras de insomnio y la presencia de sueños bizarros, de contenido angustioso, entre la población general y entre los profesionales sanitarios que han estado trabajando en primera línea y manejándose con dilemas éticos importantes. El confinamiento también ha alterado nuestras rutinas de sueño y alimentación, nuestra exposición a la luz, y ha reducido nuestras relaciones sociales eliminando, por tanto, todos los elementos sincronizadores de nuestro reloj interno, lo que ha derivado en problemas “circadianos” o del ritmo sueño – vigilia.
 
Doctora Mónica González: 
Las secuelas de los meses vividos en el sueño son palpables en nuestra Unidad. En nuestra comunidad hemos tenido la suerte desde que comenzó la pandemia, de poder acompañar a los pacientes que necesitan dormir con una máquina, bien sea una CPAP o un ventilador, a través de internet. Tenemos la posibilidad de trasladarnos virtualmente a los domicilios de más de 8.000 cántabros, aliviando el confinamiento y dando apoyo a las numerosas consultas telefónicas que nos llegaban los meses más duros de pandemia. La conexión online con los equipos, la posibilidad de modificar los parámetros asegurando la eficacia de la terapia creo que ha aportado seguridad y confort a nuestros enfermos en un escenario tan complejo. Da mucha satisfacción saber que somos la Unidad del Sueño con más pacientes conectados a la nube. 
 
¿Cuándo hay que acudir a la Unidad del Sueño de Valdecilla teniendo en cuenta  que  dormir mal es habitual en muchos ciudadanos?
 
Doctora Marian Martínez: 
En lo que respecta a los problemas de sueño “no respiratorios”, la clave es diferenciar cuándo estamos delante de un verdadero trastorno del sueño y cuándo no. Existen cambios en la cantidad y calidad de sueño esperables por el propio paso de los años, por el envejecimiento de los mecanismos generadores del sueño o cambios derivados de los cambios hormonales a lo largo de las distintas etapas vitales de la mujer. 
 
Un factor clave a tener en cuenta es que para considerar una queja de sueño como un trastorno de sueño deben existir consecuencias diurnas, es decir, la alteración del descanso nocturno ha de generar cansancio o somnolencia diurna y los problemas de sueño han de mantenerse durante un tiempo mínimo.  Casi todas las personas van a tener “quejas de insomnio” derivadas de temporadas de estrés vital en algún momento de su vida, pero el insomnio verdadero se estima lo padece aproximadamente un cuarto de la población general. 
 
Hay más de 100 trastornos diferentes del sueño, algunos muy prevalentes como el insomnio o el síndrome de piernas inquietas y otros mucho menos prevalentes como puede ser la narcolepsia. El manejo idóneo, a mi juicio, es que la patología más frecuente sea valorada desde primaria, y se envíen a la unidad de sueño a aquellos pacientes complejos, de difícil manejo o que no respondan bien a las terapias empleadas. En este sentido, creo que es clave que exista una comunicación estrecha con Atención Primaria para el control y seguimiento de estos pacientes. Tal vez los avances en el desarrollo de la telemedicina permitan evolucionar más en este sentido y mejorar el abordaje integral del paciente a través una comunicación bidireccional fluida entre atención primaria y especializada. 
 
Doctora Mónica González:
En el caso de la patología respiratoria y en relación a la enfermedad más frecuente que es la apnea del sueño hay una serie de síntomas claves que nos deben poner sobre alerta, son la presencia de ronquido y paradas respiratorias objetivadas en general por el acompañante aunque la sensación de ahogo puede despertar al paciente, la sensación de sueño no reparador con una tendencia al sueño excesiva durante el día o un cansancio intenso que limita las actividades diurnas. 
 
¿Cuáles pueden ser las consecuencias en la salud de dormir mal habitualmente?
 
Doctora Marian Martínez: 
Además de fatiga, cansancio y excesiva somnolencia diurna, la privación crónica de sueño (es decir, dormir por debajo de 5 horas de forma crónica), produce cambios a nivel metabólico, endocrino e inmunológico. Es mayor el riesgo de obesidad, hipertensión arterial e intolerancia a la glucosa y/o diabetes. Aumenta, asimismo, el riesgo de enfermedad cardiovascular y cerebrovascular. La repercusión a nivel cognitivo también es clara, de hecho la mejoría en la calidad de sueño nocturno enlentece la progresión de la enfermedad de Alzheimer y otros tipos de demencias. Por otra parte, un sueño de escasa duración lentifica el tiempo de reacción  del individuo privado de sueño, lo que incrementa ostensiblemente el riesgo de accidentes laborales y de tráfico.  
 
Doctora Mónica González: 
Dormir inadecuadamente, bien en número de horas como en calidad del sueño, constituye una tremenda agresión biológica. Si el origen es una patología del sueño debemos diagnosticarla y tratarla, pero si el origen es una falta de sueño porque priorizamos otras actividades antes que dormir adecuadamente estamos cometiendo una autoagresión a nuestra salud que nos va a pasar factura. Del mismo modo que cuidamos nuestra alimentación o la necesidad de efectuar ejercicio físico regular,   cuidar el sueño tiene un efecto positivo en tantas áreas biológicas que la lista es interminable: ,controla el exceso de apetito, es el mejor antioxidante y  el tratamiento antienvejecimiento natural más económico, previene enfermedades cardio y cerebrovasculares, es el regulador metabólico más preciso, influye positivamente en nuestro estado de ánimo, en nuestro bienestar, es un “mindfulness” inigualable y un sinfín de propiedades más,  ¿qué más se puede pedir?
 
El consumo de hipnóticos y somníferos en grande…, ¿hay que intentar evitarlos?, ¿por qué?
 
Doctora Marian Martínez: 
Los hipnóticos y somníferos están ahí para ser utilizados en un momento dado, y como soporte para el tratamiento de un insomnio de perfil agudo o subagudo, pero no son el tratamiento de elección para el insomnio crónico. La base del tratamiento a largo plazo del insomnio ha de ser la terapia cognitivo–conductual y el mantenimiento de una adecuada higiene de sueño. La terapia cognitivo conductual tiene como fin eliminar los conceptos erróneos en relación al sueño y disminuir la tensión física y mental que rodea al momento de irse a la cama. El uso de dispositivos electrónicos o las pequeñas microsiestas viendo la TV que realizamos antes de irnos a la cama son perjudiciales también para mantener un sueño de calidad, así que reconducir aspectos tan comunes como estos, mejora mucho la continuidad del sueño y puede servir para evitar tener que recurrir a los hipnóticos. 
 
Doctora Mónica González:
La ingesta de estos fármacos también influye negativamente en los problemas respiratorios durante el sueño, pueden ser la causa directa de tener paradas respiratorias durante el sueño, pero si no es así siempre potencian o incrementa el problema
 
 
Si hablamos de cifras, ¿qué tanto por ciento de la población no duerme bien? y ¿cuál es el perfil de estos pacientes?
 
Doctora Marian Martínez: 
Es difícil precisar qué porcentaje de población duerme mal de forma crónica, sólo podemos basarnos en aquellos que llegan a nuestras consultas por esa razón. Hay muchas personas que aún estarían sin diagnosticar por razones diversas. 
 
El trastorno de sueño más prevalente es el insomnio, seguido de los trastornos respiratorios durante el sueño y de algunos trastornos del movimiento como el síndrome de piernas inquietas. Pero también hay personas que presentan parasomnias (sonambulismo, pesadillas…), trastornos circadianos o entidades consideradas más raras como la narcolepsia. Si queremos traducirlo a cifras y porcentajes, se estima que padece insomnio un 20-40% de la población, pero esto puede llegar a variar de acuerdo a las circunstancias de cada momento, por hablar de un hecho reciente, por ejemplo, durante el confinamiento las encuestas poblacionales realizadas demostraron que más del 60% de ciudadanos dormían mal…. No hay duda de que los trastornos del sueño son muy prevalentes y que su incidencia va en aumento.  
 
¿Influye la genética en  la falta de sueño?
Doctora Marian Martínez: 
Aún sabemos relativamente poco sobre los mecanismos que influyen en cómo dormimos. Estudios recientes han descubierto que existen aproximadamente unos 47 rasgos de nuestro código genético relacionados con la calidad, la cantidad y los patrones del sueño, y sin duda alguna, queda aún mucho campo por descubrir.
 
Como en la mayoría de enfermedades en el ser humano, la genética juega un papel importante, pero la clave para el desarrollo de un trastorno del sueño va a depender con cierta frecuencia de la aparición o no durante la vida de determinados factores desencadenantes o precipitantes. Está claro que los factores genéticos determinan, por ejemplo, el cronotipo o la tendencia natural de una persona a ser búho o alondra, es decir, a acostarse tarde y levantarse tarde o todo lo contrario. También tenemos “malos dormidores” desde temprana edad que frecuentemente refiere que tienen algún familiar de primer grado con mal descanso nocturno. La agregación familiar está ampliamente demostrada en gran parte de los trastornos del sueño. Conviene destacar, sin embargo, que si estas personas mantienen unos hábitos de sueño estables a lo largo de la vida y cuidan su sueño pueden llegar a tener un descanso de calidad pese a su predisposición genética.
 
Doctora Mónica González: 
En el caso de la apnea del sueño, es claramente una enfermedad con evidentes bases genéticas en la que muchos de los factores de riesgo que llevan a padecerla pueden ser heredados de nuestros padres, todavía queda mucho por conocer del complejo entramado genético pero también del carácter multifactorial de la enfermedad, saber qué parte le debemos a la genética y qué parte a factores ambientales, a nuestros metabolismo o sistema inmune a nuestros hábitos es fundamental para ofrecer a nuestros pacientes en medicina personalizada que atienda a las necesidad de los enfermos más que a la enfermedad. 
 
¿Ha cambiado mucho el abordaje de este problema en los últimos años?
 
Doctora Marian Martínez: 
La Medicina del Sueño ha demostrado un crecimiento exponencial en los últimos años. Los cambios sociales y tecnológicos propios de las sociedades occidentales desarrolladas han derivado en que cada vez sean más las personas que sufren una privación crónica de sueño. El conocimiento de las consecuencias a medio y largo plazo de un sueño de baja calidad ha derivado en que el sueño y sus trastornos se haya transformado en un problema de Salud Pública. No sólo es importante cuidar nuestra alimentación, cuidar nuestro sueño también es primordial. Precisamente por esta razón, el lema para nuestro día Internacional de sueño en 2021 queremos que sea “Sueño regular, para un futuro saludable”.
 
Doctora Mónica González:
Ciertamente sí, tanto el personal como las autoridades sanitarias y sobre todo en la población general la sensibilización sobre los problemas del sueño ha permitido un abordaje más amplio y preciso buscando por ejemplo en el caso de la apnea del sueño métodos diagnósticos simplificados y seguimientos adecuados al desarrollo tecnológico como es el caso de la telemedicina y la telemonitorización que nos permitan dar cobertura y llegar al mayor número de personas afectadas posible. Hay que tener en cuenta que la alta prevalencia de las enfermedades respiratorias durante el sueño hace necesarias actuaciones que ofrezcan soluciones al problema de salud pública que supone la apnea del sueño sin diagnosticar y sin tratar tanto en el adulto como en el niño.
 
Para terminar, seguro que recordáis un caso del que os sentís especialmente orgullosas o alguna anécdota que haya marcado vuestra carrera profesional……
 
Doctora Marian Martínez: 
Bueno, yo recuerdo especialmente el caso de una paciente con narcolepsia  con cataplejía que decidió apostar por quedarse embarazada y tener a su pequeño pese a todos los cambios que le informé iban a producirse a nivel  laboral, personal, y en relación a su tratamiento farmacológico. Este trastorno del sueño se caracteriza por la presencia de ataques de sueño y caídas súbitas desencadenadas por la risa, el júbilo o la sorpresa. 
 
El embarazo y parto no es una situación vital que pueda considerarse tranquila precisamente….. En ese momento me di cuenta además de que los trabajos publicados sobre embarazo y parto en mujeres con narcolepsia eran prácticamente inexistentes. Por ello, no me quedó otra opción que consultar a expertos mundiales en narcolepsia para asegurarme de cuál sería la mejor opción de tratamiento y si el parto natural era una contraindicación absoluta frente a la cesárea. Con tan escasa evidencia científica realmente opté por lo que creí que era la mejor opción para ella y así se lo comuniqué. Fue un pacto de compromiso y de confianza mutua. Tuve que informar a otros profesionales sobre qué era la narcolepsia o sobre posibles complicaciones en relación con fármacos anestésicos etc. El día que ella misma me comunicó que su hijo había nacido y que todo había ido bien, me emocioné profundamente como podéis imaginar… 
 
Doctora Mónica González:
Es difícil elegir un caso concreto, pero yo quisiera rendir un emocionado tributo a todos los pacientes, especialmente a la población infantil, afecta de enfermedades neuromusculares o neurodegenerativas que cursan con debilidad general y especialmente de la musculatura respiratoria. La progresión de estas enfermedades hace que dependan de un ventilador para mantenerse con vida. Para mi estos pacientes y sus familias son héroes y heroínas de nuestra sociedad, su contribución a una sociedad que debe basarse en el cuidado y atención de los más vulnerables es impagable, son absolutamente necesarios para una sociedad justa donde la diferencia y las dificultades deben ser también una oportunidad para crear un futuro más digno para todos. Sin equivocarme, puedo asegurar que el trato con estos pacientes y sus familias me han enseñado más de la vida y de la medicina que muchos tratados científicos. 
 
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