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La brecha salarial de género en el ámbito sanitario, sin visos de solución

La existencia de una brecha salarial de género en los sectores más feminizados de la sociedad en los que un 40% o más de la plantilla son mujeres, como sucede en el sector sanitario, puede llegar a alcanzar el 30% en términos de salario hora, y del 25 al 35% en salario anual. En la profesión médica, en concreto, se estima que la diferencia salarial entre hombres y mujeres gira en torno al 27%. Una situación que tiende a aumentar, según lo demuestran estudios como el Informe “Género y Profesión”, elaborado por la Organización Médica Colegial

En este estudio, y de acuerdo con los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) correspondientes al año 2015, se destaca que en actividades sanitarias, la retribución media anual de las mujeres es de 23.889 euros, frente a los 32.830,89 para los hombres, lo que representa un 27,2 % de brecha salarial de género, casi cinco puntos por encima de la media (22,9). Mientras, una encuesta sobre salarios médicos de Medscape, en 2018, revela que el sueldo medio en España de los facultativos se situó el pasado año en 57.000 euros brutos anuales frente a los 45.000 euros brutos anuales de las facultativas.

 
En el informe de la OMC, se constata, además, que la mayoría de especialidades que son susceptibles de cobrar complementos especiales y específicos están ocupadas, en mayor medida, por hombres, lo que produce una discriminación indirecta porque pone en desventaja a las mujeres. 
 
Existen especialidades en las que el porcentaje de mujeres es menor (especialidades quirúrgicas) y otras, fundamentalmente las médicas, en las que el porcentaje llega hasta superar el 80% en algunos casos. 
 
Por otra parte la presencia de mujeres en este ámbito laboral implica que se tengan en cuenta otros factores que rodean al sexo femenino, como los relacionados con la maternidad, tales como causar baja para algunas actividades asistenciales por aumentar los riesgos durante el embarazo (guardias…), la conciliación familiar (reducciones de jornada….) entre otros. 
 
Al respecto, y según el informe “Género y Profesión” de la OMC, el embarazo conlleva que las mujeres dejan de hacer guardias y esto supone dejar de cobrar complementos, convirtiéndose en una pérdida retributiva por condición de género. La misma razón afecta a los complementos vinculados a carreras profesionales, ya que son sobre todo ellas quienes renuncian a una mayor presencia laboral y a la formación necesaria.
 
Por otra parte, cuando en las jerarquías laborales hay una mayoría de hombres afectan a los sistemas de captación que suelen priorizar también a hombres. En la medida en que los puestos están masculinizados el complemento correspondiente lo reciben en mayor medida los hombres que las mujeres.
 
Dicho estudio advierte, por otra parte, que las diferencias salariales son notables entre comunidades autónomas y que en los modelos retributivos público y privado hay una serie de complementos que se consideran arbitrarios, si bien como reconoce el informe, no existen datos desagregados por sexo en la mayoría de estudios o informes sobre este tema. 
 
En términos generales, la brecha de género salarial cuando se produce en la Administración pública o en la empresa privada depende de una serie de factores que pueden desencadenar una serie de discriminaciones indirectas. “Al calcular el salario medio de médicos y médicas existen todos estos sesgos (en el caso de las mujeres, el mayor número de excedencias, menos guardias, reducciones de jornada y el menor número de directivas) que son los que, sobre todo, provocan la brecha salarial entre ambos géneros”.
 
Así, la mayoría de las excedencias por cuidados familiares e hijos las solicitan mujeres. Esta circunstancia repercute sobre su remuneración, su carrera profesional y sus derechos laborales, en especial, sobre sus pensiones a futuro. Mientras de las tareas de cuidado de hijos, y personas dependientes se ocupen sobre todo mujeres están afectados todos los complementos vinculados a mayor tiempo de trabajo. 
 
En la última encuesta anual sobre salarios médicos que realiza Medscape se observó una diferencia estadísticamente significativa de 12.000 euros en retribuciones entre hombres y mujeres. En esta encuesta también fue analizada la diferencia media entre el patrimonio neto de médicos y médicas, entendido como la suma de todos los activos menos la suma de los pasivos, con una diferencia de 82.000 euros (167.000, hombres; y 85.000 mujeres).
 
Condiciones laborales
 
Las condiciones laborales representan otro de los factores que inciden en la retribución como queda reflejado en el Análisis que Unión Profesional (UP) realiza cada año sobre la situación del empleo de los profesionales.
 
Así, según los datos manejados por UP, la duración en la ocupación empeoró para hombres y mujeres con una estancia en el empleo declarada inferior a un año del 17,46% de ellos y del 18,67% de ellas en el cuarto trimestre del 2018. En concreto, en las actividades sanitarias y servicios sociales, este porcentaje fue del 11,89% en hombres, mientras registró un 13,45% en las mujeres. 
 
Muy en relación con la duración en la ocupación se encuentra la temporalidad contractual, respecto a la cual en las actividades sanitarias y servicios sociales se observa una situación inversa dado que en el caso de las profesionales, las contratadas con una duración inferior a un año ascendieron al 24%, dos puntos porcentuales más que hace un año. Mientras, en los profesionales este porcentaje bajó al 19,59% desde el 21,16% anterior. El hecho de que esta situación sea más evidente en el ámbito sanitario y social tiene que ver también con su mercado laboral donde las sustituciones son más numerosas y también el nivel de precariedad, sobre todo, en los inicios laborales.
 
Asimismo, el informe de UP refleja diferencias notables en la ocupación a tiempo parcial que en el caso de las actividades sanitarias y servicios sociales, las profesionales en esta situación representan el 17,12%, estable en el último año, mientras que en sus compañeros esta situación solo incide en el 10,66%, 3 puntos porcentuales menos incluso que hace un año. De nuevo, una situación que podría estar vinculada con el subempleo y con la dedicación a cuidados que conduciría a muchas mujeres a demandar menos empleo a partir de ciertas edades. 
 
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