José María Liu: “Conseguimos controlar la situación de la pandemia desde el comienzo gracias a una rápida respuesta y a nuestra experiencia en situaciones similares anteriores”

 

Según las cifras más recientes, hemos registrado, hasta el 25 de marzo, un total de 22 463 contagios y 853 fallecidos desde el inicio de la pandemia. 

 

Taiwán aparece en el primer lugar en el Índice de Recuperación Covid-19 publicado en febrero por el medio con sede en Tokio Nikkei Asia, que evalúa la eficiencia de la gestión en la lucha contra la COVID-19 en más de 120 países y regiones. Conseguimos controlar la situación desde el comienzo gracias a una rápida respuesta y a nuestra experiencia en situaciones similares anteriores. Ahora, nuestros esfuerzos se centran en acelerar el ritmo de vacunación, con alrededor del 80 por ciento de la población que ha recibido ya la segunda dosis. 

 

Nuestras medidas prioritarias continúan siendo, como lo han sido durante toda la pandemia, el uso de mascarillas, el control de aforos y el mantenimiento de la distancia social y el lavado frecuente de manos. Hemos adoptado desde el principio estrictas medidas de control fronterizo que han favorecido el control de la pandemia durante los meses más complicados, y que ahora prevemos ir relajando a medida que la situación mejore reduciendo el periodo de cuarentena, que esperamos suprimir definitivamente en breve. Los taiwaneses podemos sentirnos orgullosos de la colaboración que la ciudadanía ha estado siempre dispuesta a prestar.

 

Gracias a todo ello, nuestra economía ha continuado creciendo durante los últimos años, con una estimación de crecimiento del 6,45 por ciento para 2021, la cifra más alta en los últimos once años. 

 

 

Gracias a la eficaz gestión del Gobierno de la República de China (Taiwán) y, sobre todo, a la excelente cooperación ciudadana, en Taiwán podemos decir que hemos mantenido desde el principio más de un 90 por ciento de normalidad en nuestras actividades cotidianas, y sin necesidad de confinar a la población. El llamado “modelo de Taiwán” para el control de la pandemia se ha sustentado en cinco claves: experiencia, pues ya sufrimos otra epidemia similar, la del SARS, en 2003; rapidez de respuesta, porque establecimos de inmediato control de fronteras; aplicación de la tecnología moderna, porque nuestro Gobierno creó un efectivo Big Data para detectar casos sospechosos y utilizó el GPS para controlar y proporcionar apoyo a las personas que necesitaban hacer cuarentenas; transparencia, porque hemos mantenido a la población bien informada, y colaboración ciudadana, porque la población ha respondido con aceptación y eficacia ante tales medidas necesarias. Los taiwaneses hemos sabido poner en la balanza nuestras libertades individuales y nuestra seguridad sanitaria, inclinándonos hacia esta última, pero siendo conscientes de que a largo plazo el resultado final va a ser favorable para todos.

 

 

Necesitamos, sin duda, hacer visible nuestra injusta situación y el respaldo internacional. Por eso año tras año hacemos un llamamiento a toda la comunidad internacional para que muestre su apoyo a la participación significativa de la República de China (Taiwán) en la Organización Mundial de la Salud (OMS), así como en otros organismos pertenecientes a la Organización de Naciones Unidas (ONU). 

 

Agradecemos enormemente el apoyo incondicional que nos brindan los países de ideas afines, como EE. UU. y la Unión Europea. Un reciente informe sobre Política Exterior y de Seguridad Común aprobado el pasado mes de febrero en el Parlamento Europeo aboga una vez más por la significativa participación de Taiwán como observador en encuentros, mecanismos y actividades de organizaciones internacionales, apoyo que el Parlamento Europeo ya nos había manifestado en anteriores resoluciones.  A su eficaz gestión de la pandemia, Taiwán ha de añadir su ejemplo de contribución y solidaridad con la comunidad internacional mediante la implementación de sus lemas “Taiwán puede ayudar” y “Taiwán está ayudando”. 

 

Así, en 2020 donamos 54 millones de mascarillas quirúrgicas a más de 80 países, medio millón destinadas a España con prioridad para el personal sanitario. También hicimos llegar a otros países, como la India, Indonesia, Filipinas, Malasia y Vietnam, cuando peor lo estaban pasando, suministros médicos como generadores y cilindros de oxígeno.

 

 

Los médicos en Taiwán realizan una formación de seis años universitarios, que complementan con dos años más de especialización de posgrado. En esos dos años de preparación, enfocados a la práctica, entran en contacto con las principales especialidades. En el primer año de posgrado hacen tres meses de práctica de medicina interna, dos de cirugía, uno de pediatría, uno de ginecología, uno de urgencias, dos de atención hospitalaria de comunidad y dos más de elección entre estas u otras especialidades. 

 

En el segundo año, en prácticas que pueden hacerse individualmente o en grupo, se vuelven a cursar estas mismas especialidades, a las que se añade geriatría. El objetivo primordial de nuestra formación en medicina es el de fortalecer el tratamiento médico en todas las etapas de la vida. Taiwán cuenta a día de hoy con un sistema de salud que ha sido calificado como el número uno del mundo en el Índice de Atención Médica por País publicado por Numbeo, un popular portal en internet.

 

 

Teniendo en cuenta el envejecimiento de la población y el incremento del promedio de esperanza de vida, ahora de 81,3 años (2020), uno de los objetivos prioritarios de nuestro sistema es el de mejorar la atención sanitaria para los mayores. Asimismo, queremos expandir la atención médica a todos los ámbitos y especialidades, mejorar el ambiente de trabajo del personal sanitario y fortalecer los recursos humanos de nuestro sistema en las zonas más aisladas. 

 

Igualmente, importante es promover el sistema de donación de órganos y los cuidados paliativos. Tras la experiencia de la covid-19, estamos consolidando un efectivo sistema de respuesta, vigilancia y prevención ante enfermedades contagiosas y perfeccionado el plan de vacunación nacional. Otro de nuestros objetivos es el de mejorar nuestra industria de biotecnología y el control de la venta y distribución por internet de tratamientos médicos, así como el control fronterizo de los mismos. La salud física y mental, la asistencia a la maternidad y cuidado de niños, la prevención temprana de casos de cáncer y la salud dental son otros de los focos a los que nuestro sistema da prioridad. 

 

 

Estamos muy abiertos a cualquier tipo de colaboración, sobre todo en la industria farmacéutica, muy importante en España, y en sectores como la biotecnología y la medicina de precisión, estratégicamente prioritarios para Taiwán. El liderazgo taiwanés en tecnologías de semiconductores e inteligencia artificial aporta sinergias al sector médico-farmacéutico, convirtiendo a Taiwán en un centro estratégico de fármacos y ensayos clínicos. España, por su parte, gracias al dinamismo de su industria farmacéutica, se ha convertido en el principal exportador mundial de medicamentos a Taiwán, con un volumen de exportación de 110,8 millones de dólares en 2021. 

 

Por su parte, Taiwán ocupa el número dos del mundo entre los principales países fabricantes de mascarillas quirúrgicas, lo cual le permitió realizar donaciones humanitarias a otros países, entre ellos a España, durante lo peor de la pandemia. Afortunadamente, España y Taiwán tenemos en común la eficacia de nuestros seguros nacionales de salud. En el caso de Taiwán, con una cobertura que supera el 99 por ciento desde 1995, proporcionando la misma cobertura a todos los ciudadanos desde el nacimiento, independientemente de su estado financiero o laboral. Además, todos los extranjeros que trabajan o residen legalmente en Taiwán también reciben la misma cobertura. Ambos sistemas, el español y el taiwanés, bien pueden considerarse hoy como modelos a seguir por el resto del mundo.