Gonzalo Berzosa Zaballos, experto en Gerontología, director de la Escuela de Familias y Discapacidad de InterSocial, participa, hoy 15 de junio, en la XII Jornada de la Fundación para la Protección Social de la Organización Médica Colegial (FPSOMC) con el personal administrativo de los Colegios de Médicos, donde abordará la “Atención y Protección al médico senior y jubilado. Envejecimiento personal y jubilación profesional; un proyecto propio”
¿Cuál es el horizonte de la jubilación de los médicos?
Si pensamos en el colectivo de personas del mundo sanitario que se acerca a la edad de jubilación, su horizonte no es muy distinto de otros colectivos profesionales o laborales. Porque las expectativas de vida se han ampliado y la jubilación se percibe como uno de los mayores cambios en la vida de las personas adultas si tenemos en cuenta que el tiempo y la actividad ya no se organiza en relación con el trabajo, sino que depende de lo que cada persona desee realizar.
Hoy la jubilación es uno de los mayores cambios en la vida de las personas adultas. Hasta hace unas décadas la jubilación era parte de un continuo en la vida de las personas: la formación durante la juventud; el trabajo en la vida adulta y la jubilación llegaba con la vejez. Hoy ya no es así. Las transiciones en la trayectoria vital no son etapas definidas y rígidas porque el aprendizaje ya se desarrolla a lo largo de toda la vida, el trabajo demanda personas flexibles con alta capacidad de adaptación a los cambios sociales y entre la jubilación y la vejez hay que recorrer un largo período de tiempo.
A todas las personas cuando nos acercamos a la jubilación laboral, nos interroga la misma pregunta, ¿y a partir de ahora qué puedo hacer? La respuesta no es única, ni puede ser uniforme para quienes se jubilan, pero la pregunta tiene que dar respuesta a un denominador común que se da en quienes terminan su etapa laboral: la búsqueda de algún tipo de actividad donde se manifieste el sentimiento de utilidad, donde se fomenten vínculos y relaciones sociales para que el bienestar y la calidad de vida conseguida. Porque nos jubilamos del trabajo profesional pero no nos jubilamos de la vida que deseamos, vida activa, vida relacionada, vida comprometida.
¿Cuáles son las mayores inquietudes de este colectivo a la hora de afrontar la jubilación?
Me atrevo a decir que el colectivo de personas del mundo sanitario que han desempeñado roles socialmente valorados se enfrenta a una nueva realidad, donde deben buscar alternativas para que el cambio no sea una ruptura radical con el papel de atención a las demandas de bienestar del público al que atendían.
Como una etapa más de la vida, la jubilación debe estar bajo nuestro control y no presentarse como un suceso imprevisto. Muchas personas no tienen una visión global de los aspectos en los que incide la jubilación (excepto el económico), ni de las posibilidades y recursos que le ofrece la sociedad para disfrutar de la jubilación como una oportunidad y no como un problema. Una realidad nueva para la persona que se jubilaes la dimensión del tiempo que ya no está estructurado en relación con el trabajo y se vive más en relación con uno/a mismo/a y con los seres queridos. Es un tiempo netamente personal. Esta situación puede representar una amenaza, pero también puede ser una oportunidad. Depende de la actitud con la que se planifique esta etapa de la vida.
Creo que el personal sanitario está capacitado y tiene recursos para hacer realidad el principio que la OMS en el año 2002 definió con el concepto de “envejecimiento activo, como el proceso de optimización de las oportunidades de salud, participación y seguridad con el fin de mejorar la calidad de vida a medida que las personas envejecen”. Prevenir y retrasar las apariciones de la dependencia y la soledad, a través del desarrollo de predictores de una vejez con éxito, es lo que la mayoría del personal médico ha dedicado gran parte de su vida laboral.
¿Cómo España afronta el envejecimiento de la población?
Muchas empresas celebran la jubilación de sus empleados con homenajes en el que incluyen objetos materiales (relojes, bolígrafos, placas…) que tienen valor simbólico, o promueven un evento gastronómico con compañeros/as del trabajo. Sin embargo, creemos más oportuno ofrecer algo distinto que aúne la gratitud por el tiempo empleado en la empresa y a la vez capacite a las personas que se jubilan para seguir protagonizando su vida personal con nuevos proyectos útiles y gratificantes
Conseguir que quienes terminan su etapa laboral adopten un modelo de jubilación activa y saludable es uno de los retos que instituciones públicas y privadas en Europa se plantean para el siglo XXI. Que una sociedad sea longeva es un claro signo de desarrollo humano y de éxito social. España no es ajena a este fenómeno y presenta uno de los índices más altos de esperanza de vida, lo que implica un éxito personal y un logro social por vivir más años y con mayor calidad de vida.
La jubilación implica la posibilidad de disponer de mucho tiempo libre que se tiene que organizar para dar sentido a la vida. El ocio ya no puede ser definido como “la madre de todos los vicios”, sino como decía Cicerón, es un tiempo para vivir, para compartir, para disfrutar. Pero no es menos cierto que no todas las personas saben vivir el tiempo libre como un recurso positivo cuando se jubilan, y se enfrentan a él como un conflicto, que genera en algunas personas una actitud pasiva que conduce a “matar el tiempo”.
Por eso pedimos que desde los departamentos de recursos humanos se ofrezcan jornadas de información sobre la importancia de planificar esta nueva etapa de su vida con una actitud positiva y con el convencimiento de que la jubilación no se improvisa, sino que se organiza en función de un proyecto personal. Creo que puede ser un servicio más de la salud laboral informar sobre los efectos que produce “dejar de trabajar” en la persona que se jubila y en las cercanas a ella, facilitando estrategias y pautas de acción para diseñar proyectos que respondan a intereses y necesidades de cada individuo.
¿En qué medida envejecimiento personal y la jubilación profesional es considerado un proyecto propio?
El proyecto personal es la garantía de una adaptación positiva a la jubilación, para ello hay que reducir los miedos y falsas interpretaciones sobre la jubilación y presentar la oportunidad que todos tenemos para elaborar un proyecto que garantice que la jubilación es un tiempo para realizar proyectos con actividades significativas y gratificantes para uno mismo. Porque con la jubilación iniciamos una nueva realidad que se va a desarrollar en una amplia gama de tiempo que puede oscilar entre veinte o treinta años. Esto implica la necesidad de un replanteamiento de la experiencia vital en la vida cotidiana, en los vínculos emocionales, en las relaciones sociales, en la actividad física, en la dedicación intelectual y en el significado social que puedo desarrollar como persona activa y no pasiva, protagonista y no espectador de mi vida social.
La falta de preparación para la jubilación en el mundo occidental constituye un reflejo de la ausencia de interés de nuestras sociedades por la etapa de la vida no productiva, que lleva a no considerar interesante una atención a las personas que van a entrar en dicha etapa. Tres de cada cuatro mayores consideran útil y necesario preparar a las personas para la jubilación, pero, en general, se consideran desatendidos a la hora de prepararse para este tiempo.
Para responder a la pregunta que me haces sobre si envejecimiento personal y la jubilación profesional se pueden considerar como un proyecto propio, te respondo que creo que sí, porque las dos situaciones, el envejecimiento y la jubilación nos enfrentan a un mismo dilema: desarrollar nuevos proyectos o seguir repitiendo los anteriores. Pero como ha cambiado la situación ya no puedo hacer lo mismo que hacía antes. Tengo que recomponer, reestructurar mi vida cotidiana con proyectos significativos para mí. Estos proyectos serán el termómetro de la salud psicosocial porque cumplirán la función de ser un factor protector de funcionamiento cognitivo, favorecerán la convivencia y las relaciones personales y aportarán el reconocimiento social. En definitiva, tener proyectos personales en la jubilación, es tener ilusión, es mantener deseos, es pensar qué voy a hacer mañana. La vida activa se nutre de proyectos personales
¿Qué opinión le merece la Fundación para la Protección Social de la OMC, fundación de médicos para médicos, que sigue a quienes ya se han jubilado?
La Fundación es un recurso al servicio del bienestar y la calidad de vida del personal médico que viene avalado por muchos años de experiencia enfrentándose a las contingencias que conlleva la dinámica social, que hoy se representan por cambios rápidos, inesperados y globales que nos afectan a todos. Cada año se jubilan en España muchas personas que han desempeña su vida laboral en hospitales, centros de salud, laboratorios, centros de investigación, que tiene como denominador común que son un colectivo de personas capacitadas, mejor formadas, más saludables y con unas expectativas vitales diferentes al de las generaciones anteriores.
Sin embargo, todavía nos encontramos que para muchas de estas personas la jubilación puede ser un momento de riesgo que genere situaciones de indefensión, estados vulnerabilidad sobrevenidos, carencias en habilidades para la resolución de demandas administrativas, de conflictos interpersonales o impactos socioeconómicos. Como he dicho, la Fundación es un recurso con una amplia cartera de servicios a disposición de necesidades sentidas y objetivas que todos tenemos y que sin su atención pueden limitar la vida autónoma y la inclusión social que son el fundamenta de la calidad de vida de una persona. La importancia de los recursos es garantizar el acceso a quien los necesite y para conseguirlo La Fundación tiene sucursales con una red de profesionales que escuchan, acogen y resuelven las demandas de quienes se encuentran en situación de vulnerabilidad personal o social.
¿Cuál es el papel de médico jubilado en la sociedad?
Seguir desempeñando un rol socialmente valorado, ser ciudadanos activos, relacionados y comprometidos. Este planteamiento ha marcado posiblemente la trayectoria del personal médico que ha diagnosticado estilos de vida saludables con la adopción de ritmos de prevención de la salud y fomento del bienestar.
¿Qué papel puedo desempeñar como persona jubilada? Es la pregunta que deberíamos hacernos todos cuando vamos acercándonos al final de nuestra etapa laboral. Y la respuesta es que muchos estudios aseguran que la jubilación será uno de los hechos más significativos en la vida de las personas del siglo XXI por tres razones. a) Porque ha cambiado nuestra trayectoria vital, todos vamos a vivir muchos años y la jubilación es una nueva y larga etapa en la vida. b) Porque terminar la etapa laboral es una transición que conlleva cambios personales, cambios familiares y cambios sociales a los que debemos adaptarnos.c) Porque el tiempo en la jubilación cobra una nueva dimensión. No depende del trabajo sino de nosotros. El reto es ser persona activa, no pasiva. Ser protagonista y no ser espectadora de mi propia vida. Ser agente y no ser paciente.
No olvidemos que la OMS ha proclamado 2020-2030 el Decenio del Envejecimiento Saludable pidiendo que se desarrollen cuatro áreas de acción:
- Cambiar nuestra forma de pensar, sentir y actuar con respecto a la edad y al envejecimiento.
- Asegurar que las comunidades fomenten las capacidades de las personas mayores y promuevan su participación.
- Ofrecer una atención integral y centrada en las personas mayores
- Proporcionar el acceso a cuidados a las personas que lo necesiten
Un breve texto de Vicente Aleixandre que escribió cuando ya tenía 80 años, puede servirnos de inspiración:
“Vivir es conservar la capacidad de entusiasmo. Seguir vibrando por toda la vida que sientes a tu alrededor y participar en ella. Vivir es saberse vivo hasta el instante final. Los años sólo enriquecen.
Yo veo la vejez como un enriquecimiento; como un acumular saberes y experiencias. Pero también es una conservación de la vida. Y mientras se vive, se mantiene la capacidad de vivir, de sentir. La capacidad de entusiasmo.
Esos viejos que se sientan a esperar la muerte, ya no viven. Mientras se vive hay que esperar la vida”
