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El PAIME apuesta por un corporativismo activo de ayuda por parte de todos los agentes implicados

“El PAIME somos todos, pero con un corporativismo activo de ayuda y no pasivo y de silencio” es el mensaje que resume el contenido de la mesa redonda que se dedicó al Programa Integral del Médico Enfermo (PAIME), a cargo de la Fundación para la Protección Social de la OMC (FPSOMC), en el marco del XXIII Congreso de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG) celebrado en Granada

Bajo el título «Cuidando de ti, cuidando de todos”, y organizada por la Fundación Para la Protección Social de la Organización Médica Colegial (FPSOMC), la mesa redonda ofreció un análisis pormenorizado sobre este Programa “de médicos para médicos”, en funcionamiento desde 1998, promovido y financiado por la FPSOMC y los Colegios de Médicos, que se ofrece a los colegiados para atender las necesidades de salud de aquéllos que pueden ver afectada negativamente su práctica profesional por problemas psíquicos y/o conductas adictivas al alcohol o a otras drogas. En sus casi 20 años de existencia ha atendido a más de 3.800 médicos en toda España, de los cuales, cerca del 90% han podido reincorporarse a su trabajo habitual.

 
Para hablar de estos y otros aspectos relacionados con este Programa desde una vertiente tanto clínica como social se contó con la participación del secretario general de la FPSOMC, Dr. Juan Manuel Garrote, la directora técnica de esta Fundación, Nina Mielgo, y la coordinadora del PAIME en Castilla-La Mancha, Dra. Mar Sánchez.
 
La prevalencia de los problemas de salud mental en los médicos es similar y en algunos casos superior a la de la población general.  De hecho, en torno al 12% de los médicos desarrollan a lo largo de su vida profesional (estimada en unos 40 años de ejercicio) alguna patología mental y/o adictiva. Estos estados de salud pueden comportar serias implicaciones no solo para el bienestar psicofísico del médico y su entorno sino también para la seguridad de su práctica clínica, de ahí la necesidad de un Programa de Atención Integral de las características del que ofrecen los Colegios de Médicos apoyado, en algunas comunidades autónomas, por las instituciones sanitarias.
 
Partiendo de que PAIME tiene como marco fundamental de referencia el Código de Ética y Deontología Médica de la Organización Médica Colegial (OMC), marco fundamental de referencia de la relación médico-paciente, el secretario general de la FPSOMC destacó las principales características del Programa entre ellas la confidencialidad, su diseño específico para los profesionales médicos, que se instrumenta desde los Colegios, además de funcionar como elemento de cohesión profesional, por cuanto ayuda al médico con problemas, posibilita su rehabilitación, y ofrece garantías al afectado para volver a ejercer.
 
Explicó que “la filosofía no persecutoria adoptada facilita el acceso voluntario al programa”. Por otra parte, como subrayó, la asistencia a los médicos enfermos en una Unidad Clínica específica «asegura la confidencialidad y con ello, se favorece el acceso». Finalmente, la gestión individualizada de los casos difíciles y la monitorización de los CT asegura un mejor control de la praxis, como añadió. 
 
Se detuvo en el caso de los médicos jóvenes para alertar del riesgo en el que pueden caer debido a una posible vulnerabilidad de su salud mental en función de los factores ambientales y de la personalidad del propio profesional, su autonivel de exigencia y su manejo con el paciente.
 
El secretario general de la FPSOMC ofreció, además, un balance de lo que ha supuesto el PAIME a lo largo de su recorrido, con un 84,5 % de curaciones; un 51,4% de médicos bajo control; y un 10,4% de inhabilitaciones. 
 
Según los datos manejados por el Dr. Garrote, el colectivo más afectado es el de edades comprendidas entre 51 a 60 años (36%), seguido del de 41 a 50 años (25%), de 31 a 40 (20%), menos de 30 años (11%)  y más de 61 años (8%). 
 
Como principal motivo de la demanda de atención, apuntó el trastorno mental, en un 66% de casos, seguido por el alcoholismo, con un 16 %; la patología dual, con un 10 % y las drogas, con un 8 %. Entre los afectados predominan los varones, con un 53% frente a un 47 % en caso de mujeres. En cuanto a las especialidades más afectadas por este tipo de trastornos, alrededor del 50% de los casos correspondían a Medicina Familiar y Comunitaria, seguido de Pediatría (7%) y Anestesia (5%).
 
Protección social del paciente PAIME
Dentro de la integralidad de la atención que se le ofrece al médico enfermo, la directora técnica de la FPSOMC, Nina Mielgo, se centró en la protección social a la que tiene derecho, como colegiado, el médico enfermo, entendida ésta como el conjunto de instrumentos utilizados por una sociedad con el objetivo de promover y mejorar el bienestar social de la ciudadanía.
 
En lo que respecta al médico enfermo se trata, como indicó, de proporcionarle aquellos recursos necesarios, clínicos y sociales, para hacer frente a las cargas que pueden surgirle a este paciente y a su familia derivadas de los riesgos o necesidades de su situación, enfocado a superar la situación de enfermedad o, en caso de no ser posible, a paliar los posibles riesgos de exclusión social. Tanto desde los Colegios y desde la propia FPSOMC como también desde otras instituciones públicas se precisa, como señaló Mielgo, “diseñar y garantizar al médico enfermo y a su familia un dispositivo de recursos y servicios accesibles para poder hacer frente a una serie de necesidades y riesgos sobrevenidos derivados de su patología y con el fin de evitar situaciones límites de exclusión social”.
 
Garantizar una red de recursos de protección social es, por tanto, a juicio de Mielgo, fundamental, así como el conocimiento de carteras de otro tipo de servicios a las que se pueda tener alcance, a parte de las clásicas prestaciones clínicas.
 
En otro momento de su intervención, aludió al trabajo social, cada vez más incorporado en contextos como el del  PAIME, y que se ocupa de analizar el entorno y de ofrecer pautas e  información oportuna a otros profesionales para que cuando hagan su correspondiente intervención tengan conocimiento de este tipo de aspectos.
 
La directora técnica de la FPSOMC hizo hincapié, por otra parte, en la necesidad de un mayor conocimiento de los catálogos de prestaciones como el que ofrece la Fundación para la Protección Social de la OMC, “de gran utilidad ante una situación de enfermedad que requiere de ayuda”, según indicó. Ante estas circunstancias, acudir al Colegio de Médicos, como remarcó, es fundamental, ya que es ahí de donde parte el circuito de la gestión de cada caso y, por ende, la movilización de recursos asistenciales, económicos y sociales, siempre a partir de una valoración previa del paciente.
 
El catálogo de la FPSOMC, como explicó, que se revisa anualmente, ofrece una serie de  prestaciones específicas de carácter asistencial, económico, educacional y social  relacionadas con el PAIME  que van a estar al alcance del médico que lo precise, a lo largo del tratamiento, y dentro de su contexto, como explicó Mielgo.  Y es que, como señaló, “hay profesionales que llegan en situaciones muy extremas al Programa, incluso en riesgo de exclusión social”.
 
Garantizar una verdadera atención integral y multidisciplinar es uno de los principales fines del Programa PAIME, para lo cual es preciso tender, a su juicio, hacia un modelo en el que la valoración integral esté presente desde el primer momento en el que el médico afectado solicita ayuda en su Colegio de Médicos. A partir de la más absoluta confidencialidad, “todos los agentes intervinientes deben tener conocimiento, desde el principio, de la situación concreta del afectado para poder ofrecer,un abordaje multidisciplinar”, según remarcó.
 
Otro paso más, al que hizo referencia Mielgo, es el de “la gestión del caso”, referida a la gestión de las necesidades del médico enfermo a lo largo del tratamiento y de su familia, dirigido, sobre todo, a las personas que no tienen medios ni entorno que les ayude a resolver todas aquellas gestiones necesarias para optar a las oportunidades para cubrir las necesidades, desde el punto de vista social, que le han surgido ante la situación que atraviesa. «Un servicio con el que va a poder contar, una vez puesto en marcha el dispositivo diseñado para su protección social», señaló.
 
El médico ante su patología
De la intervención de la Dra. Mar Sánchez, coordinadora del PAIME Castilla-La Mancha, y miembro de la Unidad de Conductas Adictivas, del Servicio de Psiquiatría de la Gerencia de Atención Integrada (GAI) de Ciudad Real, cabe destacar la identificación de los factores que favorecen la aparición de problemas mentales y adictivos entre los que citó el incremento constante de presión asistencial, tareas burocráticas, aumento de denuncias y litigios y abuso de ellos, escaso tiempo para actividades lúdicas y recreativas debido a la necesidad de actualización continua de conocimientos.
 
Asimismo, hizo alusión a la facilidad de acceso, por parte de estos profesionales, a psicofármacos, relacionada con una tendencia a automedicarse con benzodieacepinas (Bz), opiáceos menores, y/o estimulantes, aunque parecen menos propensos a experimentar con sustancias ilegales.
 
Respecto a la prevalencia de trastornos mentales y adictivos en relación con la población en general, destacó que si entre la población el porcentaje de trastorno mental es de un 15% en el caso de los médicos se eleva hasta un 28%. También tienen el doble de riesgo de sufrir depresión, un 5% la población general y un 10 % los profesionales. La tasa de suicido se sitúa en 6/100.000, entre la población,  y en los médicos está en un 15/100.000. En cuanto al abuso de drogas el porcentaje es de un 15% mientras que el de la población ronda el 5%.
 
En otro momento de su intervención, la Dra. Sánchez identificó una serie de factores que pueden dificultar el tratamiento del médico enfermo entre ellos, la prepotencia terapéutica, los mecanismos de negación y racionalización, el miedo a ser reconocido y a perder la credibilidad y reputación profesional, a lo que se suma el temor a perder el trabajo e incluso a no poder volver a ejercer. Además de la ocultación del problema por parte de la familia y, muchas veces, de los colegas (“la conspiración del silencio”).
 
No  tratar a los médicos enfermos, como indicó esta experta en PAIME, puede desencadenar una serie de efectos negativos en el ámbito laboral, entre los que destacó: las bajas laborales de larga evolución; las incapacidades permanentes e inhabilitaciones profesionales; denuncias por mala praxis y juicios; el deterioro del clima laboral y conflictos laborales y el uso indebido de los recursos sanitarios, entre otros.
 
Además, de anteponer siempre el bien de los pacientes, surge la necesidad de poner en conocimiento del Colegio de Médicos la existencia de este tipo de casos “de una forma objetiva y con absoluta discreción, y partiendo de que el PAIME no es un programa punitivo sino de ayuda. Y es que como subrayó, si el médico no cuenta con una buena salud mental, tampoco la podrá ofrecer a los ciudadanos, es por ello, como concluyó “Todos conformamos el PAIME”.
 
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