La Junta Directiva del Ilustre Colegio de Médicos de Asturias, ante el malestar general que se ha venido generando en la sociedad contra los médicos y pediatras de Atención Primaria, quiere hacer llegar a estos profesionales su reconocimiento y su más firme e incondicional apoyo, que se extiende a las instituciones y profesionales sanitarios que se han tenido que enfrentar a esta situación, tan compleja como inesperada, generada por la COVID-19
En Atención Primaria, como en el resto de las profesiones y especialidades sanitarias, se tomaron decisiones en un escenario complicado, generado por la pandemia, creando en ocasiones situaciones que nunca pudimos imaginar, para las que no estábamos preparados y a las que nos enfrentamos con medios muy precarios y gran incertidumbre. Todos hemos aprendido y tratado de corregir las deficiencias, siempre dentro de los protocolos y procedimientos que se han marcado desde Sanidad, y con nuestro foco y único objetivo puesto en mejorar la calidad de la asistencia que prestamos a nuestros pacientes.
Somos conscientes de que, en cualquier situación de crisis, y más en una sanitaria, es difícil asimilar lo que nos está pasando, pero no debemos olvidar que el 14 de marzo del pasado año, bajo un estado de alarma, todos los españoles fuimos confinados en nuestras viviendas mientras los médicos de Atención Primaria y Hospitalaria salieron de sus casas sin saber lo que se iban a encontrar en sus puestos de trabajo, pero no dieron un paso atrás. Nos enfrentábamos a una crisis sanitaria de dimensiones desconocidas para todos.
Además, muchos fueron los médicos de todas las especialidades que a pesar de llegar su fecha de jubilación decidieron seguir al pie del cañón, y muchos otros ya jubilados decidieron volver, arriesgando su vida.
Sin embargo, en los últimos meses han sido muchas las ocasiones en las que se ha atacado a la Atención Primaria, alcanzando su punto más álgido en las últimas semanas, cuando estos profesionales se han sentido agraviados por las medidas propuestas desde la Administración en relación a la desescalada y, en ocasiones, ofendidos por las manifestaciones públicas de ciudadanos molestos por el modelo de asistencia recibida.
Es importante mantener nuestra memoria fresca y despierta. No podemos olvidar tan rápido las alabanzas a unos profesionales a los que la sociedad, hace un año, consideraba héroes, y pasar a la crítica constante. Esto es algo que nos debe hacer reflexionar a todos.
Entendemos que la sociedad es totalmente consciente de que los médicos de Atención Primaria no han estado de espaldas a sus pacientes. Se han llevado a cabo una serie de medidas establecidas por el Ministerio de Sanidad y consensuadas en la Comisión Interterritorial de Sanidad, a través de los protocolos pertinentes, que han limitado los aforos en los centros para evitar posibles contagios que podrían derivarse de la masificación de las salas de espera.
En Atención Primaria en ningún momento se ha dejado de atender consultas de hasta 60 pacientes diarios entre llamadas y consultas presenciales. Se ha acudido a domicilios con los equipos de protección sin ni siquiera saber si serían suficiente para evitar el contagio, pues a la vista está que, a pesar de ello, muchos son los médicos que han enfermado o perdido su vida desde que todo empezó, hace ya más de un año.
Desde el Colegio de Médicos consideramos que no son tiempos para la crispación y el enfrentamiento sino para el diálogo, el consenso y la búsqueda de respuestas eficaces que promuevan una solución global a las necesidades de los profesionales de Atención Primaria. Y, más importante aún, decisiones satisfactorias que den una respuesta adecuada a la sociedad y, muy especialmente, a nuestros pacientes que son nuestro objetivo final ineludible. Por ello insistimos nuevamente en buscar este punto de encuentro y en expresar nuestro apoyo incondicional a la Atención Primaria, por su profesionalidad y entrega durante estos meses, por su vocación y compromiso para con sus pacientes y con la sociedad asturiana.
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