Tal como plantean los doctores Repullo y Ortega en este artículo, ¿sería aplicable la Heroicidad Fútil e Inadvertida a la medicina; a algunas de nuestras más vistosas y espectaculares intervenciones; a procedimientos diagnósticos, terapéuticos, de cribado, de vacunaciones, de consejos dietéticos, o de obstinación asistencial ante pacientes terminales…?
Madrid, 19 de noviembre 2013 (medicosypacientes.com)
«La Heroicidad Fútil e Inadvertida (síndrome de la HIFI)»
José Repullo (Escuela Nacional de Sanidad) y Dolores Ortega (Hospital Clínico San Carlos)*
Antes de nada: el que siga la serie Big BangTheory, y además tenga fobia a que le destripen el argumento, que dejen de leer ahora mismo. También los que nunca han visto una película de Indiana Jones, o ni siquiera saben quién es…
¿Listos?
Bueno, pues el SÍNDROME DE LA HFI, que es el de la HEROICIDAD FÚTIL E INADVERTIDA.
En la película de George Lucas de 1981 INDIANA JONES EN BUSCA DEL ARCA PERDIDA (si quieren refrescar el argumento lo tienen en esta dirección: http://es.indianajones.wikia.com/wiki/En_busca_del_Arca_Perdida): el esforzado profesor y aventurero Indiana Jones (Harrison Ford) va desde Perú a Estados Unidos, a Nepal, Cairo, un barco, un submarino, y una isla del Mar Egeo… todo este periplo, acompañado de la aguerrida y bella Marion (Karen Allen), busca hacerse con el Arca de la Alianza y evitar a toda costa que caiga en manos de los perversos nazis, que buscan su enorme poder para usarlo militarmente.
Esta película, que inicia la saga de «Indi», ha sido objeto de culto por parte de todos los jóvenes de esa generación, y de los fans de películas de aventuras de entonces y de después. Pero algo sucede en en el episodio cuarto de la séptima temporada de la friki-serie «Big Bang Theory» (la escena clave la puedes encontrar aquí en inglés… http://www.youtube.com/watch?v=hMVd6DaEtUM)
En esencia… Sheldon pone en el video la película (su 36 vez) para que la disfrute su novia Amy; en vez de quedar impresionada, dice que es simplemente entretenida, a pesar del problema del argumento… ante el estupor de Sheldon, aclara que «Indiana Jones plays no role»… (no tiene ningún papel relevante)… a pesar de que sea el héroe protagonista del episodio.
Y en efecto, la revisión atenta de la trama, permite reparar en que absolutamente ninguna de las espectaculares acciones de los protagonistas sirvió para nada; sólo retrasa y complica el proceso por el que los agentes alemanes se acaban haciendo con el preciado botín… y al final, es el poder que libera el Arca el que destruye a todos los villanos malvados. Podía haberse ahorrado Indiana Jones todas las molestias, y haberse quedado en su universidad enseñando arqueología… o marchando de vacaciones a alguno de los paradisíacos escenarios que se muestran.
Es por lo tanto un buen ejemplo de Heroicidad Fútil, porque pese al esfuerzo, valor y energía empleadas, no se produce efecto positivo alguno; no cambia el destino; en medicina diríamos que no altera el curso natural de la enfermedad…
Y, además, es Inadvertida, porque hasta ahora nadie se había percatado de este hecho… si no fuera por este episodio de Big BangTheory.
Peor aún, parece que ya había algunas voces que calladamente habían susurrado este problemilla argumental; pero habían sido rápidamente acalladas por los defensores del mito (http://whatculture.com/tv/big-bang-theory-ruined-indiana-jones-everyone.php). El Rey iba desnudo, pero nadie se atrevía a decirlo, hasta que un niño lo empezó a vocear desde su ingenua sinceridad.
¿Sería aplicable la Heroicidad Fútil e Inadvertida a la medicina; a algunas de nuestras más vistosas y espectaculares intervenciones; a procedimientos diagnósticos, terapéuticos, de cribado, de vacunaciones, de consejos dietéticos, o de obstinación asistencial ante pacientes terminales…?
Conviene mirarse al espejo; si empezamos a parecernos a Indy (o a Marion), además de la alegría inicial por la casi segura mejora del aspecto, deberíamos empezar a preocuparnos, no vaya a ser que nuestra ciencia y técnica estén produciendo más ruido que nueces…
(*)(José Repullo y Loli Ortega son grandes amigos que compartieron pupitre en la carrera de medicina, y ambos son bastante frikis, aunque menos que sus hijos Carlos y Julio).
