Con motivo del Día internacional de la mujer, el CGCOM ha organizado para este jueves, 4 de marzo, la jornada Avanzando hacia el liderazgo femenino en la profesión médica en la que participará la Dra. María Isabel Moya García, presidenta del Colegio de Médicos de Alicante quien considera las políticas de conciliación “son fundamentales para que este esfuerzo no se perciba como una barrera para crecer como profesionales y para alcanzar los puestos de responsabilidad que se deseen”
La Dra. Moya García aborda en esta entrevista para Médicos y Pacientes la situación de la mujer en el mundo de la Medicina y su representación en el ámbito colegial, la importancia de buenas políticas de conciliación y los actuales techos de cristal.
¿Cuáles diría que son los principales objetivos por alcanzar en términos de igualdad de género? ¿Y en el campo profesional de la Medicina, concretamente?
Hemos avanzado muchísimo en el acceso de la mujer al mundo laboral. En Medicina, somos más mujeres que hombres ejerciendo, sin embargo, no tenemos el mismo trato o las mismas retribuciones -ya que quedan condicionadas por las situaciones de embarazo, parto, lactancia y cuidados familiares-, ni la misma representación en puestos de liderazgo. Estos serían los principales objetivos que perseguir.
En la actualidad en España tenemos prácticamente el mismo número de médicas y de médicos, sin embargo, no ocurre lo mismo con los puestos de dirección o gerencia, ¿cuáles crees que son las principales razones por las que las mujeres no ocupan más cargos de responsabilidad?
Pues casi todo viene condicionado por los persistentes sesgos sociales y estereotipos de género sobre el liderazgo. La todavía asunción del rol que la mujer desempeña en la sociedad, cuidando y priorizando a la familia, más tendente a perseguir este equilibrio vida-profesión, combinada con la falta de apoyo político, corporativo y empresarial para equilibrar estas responsabilidades con el trabajo, hace que existan estas relaciones asimétricas de poder entre hombres y mujeres.
En numerosas ocasiones se dice que la conciliación familiar es una de las principales trabas que se encuentran las mujeres para crecer como profesionales, ¿cree usted que es así?
Sin duda. Las mujeres y los hombres necesitamos conciliar para lograr la igualdad, pero los tiempos de maternidad, parto, lactancia y cuidados diversos hacia la familia tienen mayor impacto en las mujeres, que tenemos que esforzarnos mucho más para mantener el desarrollo profesional y nuestra carrera en auge. Las políticas de conciliación son fundamentales para que este esfuerzo no se perciba como una barrera para crecer como profesionales y para alcanzar los puestos de responsabilidad que se deseen.
¿Y en su caso, se ha encontrado en alguna ocasión con obstáculos o discriminación por ser mujer en su carrera?
Si, aunque hace tiempo, durante los primeros años de mi ejercicio profesional, tanto en el trato con algunos compañeros que adoptaban una postura paternalista como con algunos pacientes, que te veían joven y te trataban de forma muy distinta a como lo hacían con los compañeros varones. Era muy típico tener que recordarles que eras ¡la médico! pues te confundían con otra categoría profesional. También he sufrido discriminación salarial y de oportunidades por el hecho de estar embarazada y de excedencia. Hace unos 20 años no se cobraba, por ejemplo, el prorrateo de las guardias durante la excedencia de maternidad, ni se concedían bajas por riesgo en el embarazo, ni existían oportunidades alternativas en los concursos oposiciones. Ahora, estas discriminaciones directas no ocurren, o en escasas ocasiones y dependiendo de la CCAA en la que trabajes. Sin embargo, siguen existiendo discriminaciones indirectas, en algunos entornos profesionales, que yo percibo, silenciosas, sobre todo por las dificultades que surgen si buscas posiciones académicas o de alto mando. Yo no podría haberme presentado a presidir mi colegio en periodos anteriores por imposibilidad de conciliar mi vida familiar y profesional.
¿Piensa que nuevas leyes que promueven paridad en los organismos colegiales van a contribuir a que esta situación cambie?
Todo suma. Cualquier iniciativa que visibilice y conciencie sobre la importancia de la perspectiva de género y que pueda calar en los profesionales ayudaría. Además, los organismos colegiales, bajo mi punto de vista, deben ser un modelo, un espejo que refleje la realidad de la profesión.
¿Qué consejo les daría a los estudiantes de Medicina y a los médicos y médicas jóvenes para que se logre la igualdad real y no exista un techo de cristal?
Bueno, de ellos dependerá la actitud para enfrentarse a este problema y conseguir avances. Mi consejo sería que fuesen exigentes en potenciar tanto su vida personal como su vida profesional y, aunque es difícil lograr ese equilibrio, tienen que ser perseverantes, comprometidos con la mejora de la sociedad y luchadores por la defensa de las igualdades sociales en general. Deben ser conscientes que la feminización de la profesión es una oportunidad y, por supuesto, no deben pensar que es un objetivo logrado porque vean en su entorno que numéricamente hay mas medicas que médicos, eso no es la igualdad. Los médicos y médicas jóvenes deben animarse a participar en todos los niveles de representación de la profesión y servir de modelo para la sociedad y las generaciones futuras.
En su experiencia en el ámbito colegial, ¿cómo valora el papel de la mujer en las organizaciones?, y, ¿cree que en un futuro próximo se conseguirá una igualdad real?
La organización médica colegial no puede permitir que el talento femenino no sea visible porque el acceso de la mujer a puestos de responsabilidad otorga un enorme potencial a las organizaciones con otro estilo de liderazgo más empático, dinámico y transformador, más orientado a las personas, lo que encaja perfectamente con el profesionalismo médico. Además, añade el valor de dar una imagen social acorde a la realidad de la Medicina actual, totalmente feminizada y alineada con los profesionales que, en definitiva, son siempre a los que nos debemos.
Queda camino por recorrer, pero ciertamente con la sensibilidad que existe en perspectiva de género y la naturalidad con la que la medicina, en concreto, evoluciona hacia la feminización estoy segura de que se conseguirá la igualdad real, claro que sí.
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