sábado, abril 27, 2024

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Dr. Noya: «Las misiones humanitarias sólo tienen sentido si podemos ofrecer seguridad a nuestros pacientes»

El Dr. Felipe Noya compagina su profesión como traumatólogo y cirujano en el Hospital Clínico Universitario de Santiago de Compostela con su labor como voluntario en Medicos del Mundo en proyectos humanitarios en la Franja de Gaza o atendiendo a la población tras los terremotos de Nepal. Intervendrá en el III Congreso de Cooperación Internacional de la OMC para hablar sobre la "Seguridad en el terreno"; ya que como asegura "las misiones humanitarias sólo tienen sentido si podemos ofrecer seguridad a nuestros pacientes" 

El Dr. Felipe Noya, que ha viajado durante más de 5 años a la Franja de Gaza para reforzar, junto a su equipo, las capacidades del sistema de salud palestino, ayudando con intervenciones quirúrgicas para tratar sobre todo malformaciones congénitas o lesiones permanentes en niños y niñas, que debido al bloqueo al que está sometida la zona, no tienen acceso a esos servicios de salud, asegura en esta entrevista que «el conocimiento del medio, el contacto directo entre nuestros coordinadores de país que viven todo el año en el terreno, y con los coordinadores de proyecto» es importante para garantizar la seguridad allí.

 
También estuvo en Nepal durante dos semanas con un equipo quirúrgico de Médicos del Mundo, donde participó en múltiples intervenciones quirúrgicas de afectados por el seísmo, en especial lesiones por aplastamiento de miembros. Tal y como asegura, «introducir protocolos de actuación, métodos de recogida de información y buenas historias clínicas» es importante para garantizar la seguridad de los pacientes.
 
El también vocal de Acción Humanitaria de la Coordinadora de ONGD, considera que el III Congreso de Cooperación Internacional de la Organización Médica Colegial que tendrá lugar durante los días 21 y 22 de febrero en Santiago de Compostela es «una oportunidad de exponer, y testimoniar que desde una perspectiva de derechos, muchas realidades existen no por cuestiones azarosas sino por acción directa del hombre».
 
-De su experiencia como voluntario en misiones en Gaza o Nepal. ¿Cómo es la labor de un médico cooperante o voluntario en zonas de conflicto o emergencias humanitarias?
 
Es necesario diferenciar claramente ambos contextos, la actividad es muy diferente, pero hay un rasgo común, y es que los sistemas sanitarios están superados. Nuestra labor es minimizar el impacto, reforzando o sustituyendo en su caso a nuestros colegas locales.
 
Lo cierto que es la mayoría de las ocasiones los factores externos se conjugan, y tanto una catástrofe ambiental o un conflicto bélico se entremezclan, en lo que llamamos crisis complejas. Es en estos ambientes donde más claro tenemos que es necesario acercar y explicar nuestra misión aquí en nuestro entorno, para tratar de aclarar que muchas causas son evitables. 
 
-¿Cuáles son los mayores retos a los que se enfrenta?
 
El reto es ofrecer una atención de máxima calidad, sin que la palabra medios limitados suene a excusa. Tratar de buscar la máxima excelencia de nuestro trabajo, y reportar los mejores resultados posibles. 
 
-¿Qué experiencias de ambas misiones le han marcado?
 
Difícil de explicar, pero en Nepal, me quedó claro la inmensa capacidad de la naturaleza frente a la humanidad. Y en Gaza, la capacidad inmensa de la humanidad de hacer inhumano un ambiente natural idílico.
 
-¿Cómo se puede garantizar la seguridad en el terreno en estos contextos? ¿Qué herramientas se precisan?
 
Nuestras misiones sólo se entienden si podemos ofrecer seguridad a nuestros pacientes. Es por ello que la seguridad no es un factor más en la ecuación, sino que es condición. Sin duda es necesario primero un compromiso para con ella de todas las personas que participan en la misión, cada una en lo que se refiere a su propia seguridad, y en aquellas partes que le son propias de su especialización, en mi caso como cirujano, la infección, el sangrado, etc,, nada diferente que en mi hospital.
 
Por otro lado está la seguridad global de los proyectos, en donde toda la organización, Médicos del Mundo, está implicada, en su marco de relación con las autoridades locales e internacionales. Es una compleja red de relaciones institucionales, que deben de facilitar los procesos. Es necesario aún intentar evitar que nuestras acciones tengan la parte de aventura e incertidumbre, y dejar que eso sea simplemente una visión romántica de la intervención.
 
-En el caso de Gaza, donde 1,8 millones de personas se encuentran bloqueadas y con continuos bombardeos, con deficiencia de equipos, instrumental… ¿Cómo desarrolla un médico su labor?
 
Nosotros nos incorporamos al hospital a trabajar a la mañana, y nos sumamos a la sesión clínica del servicio de traumatología donde se estudian y debaten los casos más relevantes. Solemos hacer un día de consulta ambulatoria de pacientes, suelen ser unos 50, dónde vemos aquellos que podríamos programar para intervenir, suelen ser unos cuatro al día. Los restantes días nos vamos al quirófano junto con nuestros colegas y nos ponemos a operar. La tarde noche sólo queda descansar para el día siguiente, y preparar algún tema para presentar en la sesión clínica.
 
-¿En qué consiste concretamente esta misión? ¿Cómo es la relación con el personal y autoridades locales? 
 
Nuestro trabajo allí, el de Médicos del Mundo, se enmarca en un proyecto de refuerzo de capacidades del sistema público de salud.
 
Por tanto nosotros trabajamos dentro de los hospitales públicos, junto y con nuestro colegas palestinos. Intentamos junto con ellos priorizar aquellos procesos donde podemos aportar algún valor, por su complejidad o limitaciones técnicas en su caso. El aspecto de formación es clave, y noto en muchos casos que es bidireccional, pues ellos me enseñan a mí también un montón de ideas, que en ocasiones son fruto de la necesidad, aunque también de diversas escuelas en las que han sido formados.
 
-¿En qué medida una buena coordinación facilita la seguridad en el terreno?
 
Médicos del Mundo tiene personal especializado en seguridad en el terreno, y el conocimiento del medio es fundamental. Lógicamente contacto directo entre nuestros coordinadores de país, viven todo el año en el terreno, y coordinadores de proyecto etc.. La relación e información con las agencias internacionales de naciones unidad, OCHA etc. es clave para la identificación de problemas.
 
-¿Cómo han afectado los frecuentes ataques contra la asistencia sanitaria en países en conflicto a la ayuda humanitaria?
 
Las organizaciones hemos tomado en consideración estas problemáticas. En especial somos más sensibles a la hora de tener presente que la aceptabilidad de la población es nuestro valor añadido. Y si nuestros proyectos son participados, organizados, por la población local, y no sólo son receptores de la ayuda, la aceptabilidad es mayor. Este factor consideramos es clave, y nos sirve no sólo como justificación de poner en marcha un proyecto sino que además creemos es garantía de estar y ofrecer seguridad. Sólo así entendemos la seguridad.
 
-¿Cuáles son las mayores necesidades del colectivo médico cooperante y/o voluntario en el terreno?
 
Al menos en mi opinión, estamos en un momento donde en ocasiones se expresan reticencias en cuanto a nuestra labor. Es un momento difícil, comentaba antes la complejidad de los contextos. Sin duda es un hecho la necesidad de formación especializada, lo digo como docente de un master, como el de la Universidad de Alcalá. Pero ello no contradice al valor de la actividad voluntaria, que pone en juego otros valores humanos. Entendiendo la dificultad de la gestión de los recursos humanos, pienso que la agilización de los permisos para salidas al terreno, y la inclusión de dichos permisos como Ayuda Oficial al Desarrollo en caso de la función pública, así como Responsabilidad Social Corporativa en el sector privado pondría en valor esa actividad no como un privilegio de unos elegidos sino como un esfuerzo comunitario.
 
-¿Crees que este Congreso es un espacio idóneo dar a conocer estas necesidades y denunciar las situaciones donde se vulneran sus derechos?
 
Sin duda, estos eventos, además de para compartir experiencias, es una oportunidad de exponer, y testimoniar que desde una perspectiva de derechos, muchas realidades existen no por cuestiones azarosas sino por acción directa del hombre. La violencia social e institucional, transnacional o internacional es necesario denunciarla, sino en otro caso se es cómplice. En el caso concreto de vulneraciones al derecho a la salud, nuestra actividad nos pone en un punto de mira privilegiado para detectar dichos contextos estructuralmente violentos.
 
-¿Cree que es necesaria más formación de profesionales para garantizar la seguridad en el terreno?
 
Sin duda, la visión de la seguridad o bien como un imposible, es necesario descartarla. Copio palabras de nuestro referente de seguridad en Medicos del Mundo España, “no existe proyectos imposible por cuestiones de seguridad, simplemente es necesario poner más medios”,.. También hace falta descartar, que la seguridad es un tema de logistas, expertos que velan por nosotros. Importante considerar que nuestra formación individual como médicos, o como cirujanos tiene un peso considerable de seguridad, como evitar las infecciones intraoperatorias, es un buen ejemplo. Tenemos y debemos implicarnos en introducir protocolos de actuación, métodos de recogida de información, buenas historias clínicas, en suma, debemos implicarnos en mejorar la seguridad de nuestras intervenciones.
 
-¿Cómo valoraría la labor que hacen organizaciones como la Fundación para la Cooperación Internacional de la OMC de apoyo al colectivo médico cooperante y voluntario y garantizar las condiciones de seguridad en la que desarrolla su proyecto?
 
Pienso que la fortaleza de la Fundación, reside en la capacidad de interconectar a distintos médicos, tanto interesados como no en la Cooperación Internacional. La difusión de las intervenciones y proyectos, de ONGs como de AECID o de Agencias Internacionales, así como actividades de formación, másteres, cursos, etc.
 
La conexión con nuestras respectivas áreas de gestión, o recursos humanos del sector, para representar nuestras necesidades profesionales, asegurar el suficiente recambio de personal en los proyectos por ejemplo.
 
Garantizar que el nivel de formación de los profesionales que salen al terreno sea de calidad, evitando el intrusismo, y la mala praxis. Incluso la elaboración de adecuados protocolos de reclutamiento para los proyectos con participación de médicos.
 
Hacer incidencia política en cuestiones referidas a aseguramiento, responsabilidad civil subsidiaria de nuestras actividades en el terreno, capacidad de integración de dichas actividades dentro de la experiencia profesional y carreras profesionales etc… 
 
 
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