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Dr. Jacinto Bátiz: «Si lo único que nos interesa es la enfermedad, olvidándonos de quién la padece, nos faltará algo para hacerlo del todo bien»

El Dr. Jacinto Bátiz es el autor de la publicación 'Bioética y cuidados Paliativos', editado conjuntamente por la Universidad Pontificia de Comillas y Ediciones San Pablo. En esta entrevista, el director del Instituto para Cuidar Mejor aborda los objetivos de este libro, así como las principales necesidades formativas del ámbito de los cuidados paliativos. 

En el libro, el Dr. Bátiz aborda los conflictos éticos que se pueden dar cuando se acompaña a una persona en situación terminal. En el final de la vida, sobre todo, la ética y la clínica han de ir de la mano. El objetivo de esta publicación es divulgar qué son los cuidados paliativos y cómo se deben aplicar desde la bioética a las personas que los necesitan para poder aliviar su sufrimiento. 

 
¿Qué objetivos tiene este libro? ¿A quién va dirigido?
 
Por un lado, divulgar los Cuidados Paliativos en aquellas situaciones en que la Bioética nos ayudará a que sean unos cuidados que respeten los valores de las personas que los necesitan, así como su autonomía. Acercar de manera práctica la disciplina de la Bioética en la atención paliativa a quienes trabajan en su práctica diaria con personas que padecen enfermedades avanzadas, incurables y en fase terminal, así como con sus familias. 
 
Es un libro que me encomendó la Cátedra de Bioética de la Universidad de Comillas para poder ofrecer en su colección Bioética Básica un volumen dedicado a los cuidados paliativos. Está escrito de modo sencillo y basado en mi experiencia de muchos años como médico paliativista a quien la Bioética le ha ayudado mucho a poder ofrecer los mejores cuidados a los enfermos. Está dirigido a todo profesional que desee cuidar a sus enfermos desde una atención humanista, con ciencia y con acercamiento humano. 
 
¿Cuáles son las razones por las que considera que abordar los cuidados paliativos desde la Bioética es fundamental? ¿Podría enumerarnos las más relevantes?
 
Una de ellas, y la más relevante es que cuidar a un enfermo con una enfermedad incurable y avanzada es complejo y requiere unas cualificaciones profesionales específicas desde el punto de vista clínico. Pero los conflictos éticos pueden ser diversos porque los cuidados paliativos tienen que ver con la vida, la muerte, el sufrimiento, la fragilidad y la vulnerabilidad de los enfermos. Estos conflictos requieren un análisis racional de modo que puedan tomarse decisiones clínicas apropiadas, y por eso la ética y el trabajo clínico han de ir de la mano. 
 
Este tipo de conflictos nos muestran a los clínicos la necesidad de trabajar con valores con la misma capacidad y habilidad profesional con las que nos desenvolvernos en el trabajo clínico cotidiano. Y para ello tendremos que conjugar, por un lado, la ciencia que nos dirá lo que hay que hacer en la mayoría de los casos y por otro, la sabiduría práctica, basada en la prudencia que nos dirá lo que habrá que hacer en esa situación concreta, porque no existe un “protocolo ético”. Cuando hemos trabajado muchos años en medicina paliativa hemos comprobado que ser competentes, eficaces y eficientes no solo debemos poseer conocimientos clínicos, sino hemos de tener habilidades en la comunicación y habilidades en la toma de decisiones y para ello necesitamos tener conocimientos de Bioética.
 
¿Cómo pueden los médicos recurrir a las humanidades para centrarse en la dimensión personal del ser humano a quien atendemos? ¿Cómo se aprende esto?
 
Los médicos hemos de comprender que el enfermo es una persona. Una persona que tiene cuatro dimensiones, la física o biológica, la emocional o psicológica, la social o familiar y la espiritual o trascendental. Si solo abordamos una de ellas, y los médicos tenemos la costumbre de centrarnos en la dimensión biológica, no lo estaremos haciendo del todo bien. 
 
Cuando una persona está enferma, no es solo un órgano el afectado por los agentes patógenos, por los mecanismos degenerativos o los traumas, sino que toda ella queda implicada, desde su cuerpo hasta su capacidad de pensar y de razonar, influida por el dolor o las limitaciones impuestas por la enfermedad.
 
Las personas no pueden ser comprendidas por los métodos reduccionistas de la ciencia que pueden tener éxito en otras circunstancias, porque al descomponerlas en sus partes desaparecen como personas. 
 
El enfermo tiene un nombre, una historia, unas costumbres, un entorno… que van mucho más allá de unos síntomas, un diagnóstico y un número de habitación. Si lo único que nos interesa es la enfermedad, olvidándonos de quién la padece, nos faltará algo para hacerlo del todo bien. El enfermo necesita que nos preocupemos también de él, que es quien la sufre. Cuando se cuida al ser humano desde una perspectiva integral se necesita procurar no solo el alivio biológico, sino también el alivio biográfico que conlleva un sufrimiento humano tanto del enfermo como de su familia.
 
Todo esto se aprende a través del diálogo con el enfermo. El diálogo nos debe permitir conocer al enfermo como persona. Conocer el contexto vital del paciente es fundamental para preservar su dignidad, y para ello es conveniente que el médico le pregunte: ¿Qué debo saber de usted, como persona, que me ayude a atenderle mejor? Si escuchamos a nuestros enfermos aprenderemos porque no dude que ellos son nuestros verdaderos maestros.
 
Usted afirma que en Cuidados Paliativos existe una triple realidad (paciente, familia y profesionales) y que es preciso tenerla en cuenta en todo momento, sobre todo, a la hora de tomar decisiones adecuadas, por lo que los profesionales que se dedican a los Cuidados Paliativos deben tener como herramienta básica la bioética. ¿Cómo le transmitiría la importancia de todo ello a un joven estudiante de Medicina?
 
Cuando estamos adquiriendo los conocimientos médicos durante periodo de grado de Medicina estamos muy centrados en cómo están formados sus órganos (anatomía), cómo funcionan (fisiología), como se enferman (patología), etc., pero aún no hemos tenido en cuenta al propietario de esos órganos que es la persona enferma. Eso se va aprendiendo a lo largo de las prácticas clínicas. Pero también hemos de aprender que la persona enferma tiene una familia, y esto lo aprendemos más tarde, en la práctica profesional diaria. 
 
Pues bien, cuando la persona enferma se encuentra al final de la vida, el profesional que le atiende, el paciente y su familia son quienes tienen que deliberar en la toma de decisiones porque son las personas implicadas. Sobre todo, el médico y el paciente. Pero no hay que olvidar que la familia influye mucho en el paciente y en ocasiones ayuda a tomar decisiones acertadas según los valores del enfermo y en ocasiones dificultan esta toma de decisiones. Por eso hablo de esa triple realidad en el libro y la necesidad de estar formado en bioética para poder llevar a cabo una adecuada deliberación.
 
El CGCOM pone a disposición de todos los colegiados una Guía de Sedación Paliativa, ¿qué cree que le puede aportar a un médico el tener a su alcance este tipo de contenidos?
 
Creo que es un acierto por parte del CGCOM haber editado una guía de estas cateréticas sobre la sedación paliativa y que cualquier médico se la pueda descargar de la Web de la OMC y así poder tener una orientación práctica desde el punto de vista clínico y ético de cómo poder realizar una sedación paliativa como buena práctica médica cuando esté indicada. Es una guía que resolverá muchas dudas a quienes la lean sobre está práctica médica contemplada en nuestro Código de Deontología Médica como una práctica […] científica y éticamente correcta sólo cuando existen síntomas refractarios a los recursos terapéuticos disponibles […]. 
 
Es una guía que ayudará realizar una buena praxis. La necesidad de disminuir la consciencia de un enfermo en las horas anteriores a la muerte ha sido y es objeto de controversias, tanto en sus aspectos clínicos, éticos, legales y religiosos. Además, quienes no conocen las indicaciones y la técnica de la sedación o carecen de experiencia en medicina paliativa, pueden confundirla con una forma encubierta de eutanasia. Por todo ella esta Guía de Sedación Paliativa pueden aportar mucho al médico.
 
¿Cómo piensa que se debería enfocar la formación en Cuidados Paliativos desde las facultades de Medicina? ¿Es necesario algún cambio? 
 
La Medicina Paliativa se debiera considerar una disciplina más de la Medicina, junto a la Medicina Preventiva y la Medicina Curativa. Estas dos últimas se abordan extensamente durante el Grado de Medicina, pero la Medicina paliativa ni se aborda en muchos casos. Y cuando se aborda es como una disciplina o asignatura “intrusista” que depende de relación o experiencia profesional del profesor que insiste por introducirla en su Facultad e impartirla.
 
Creo que se debería impartir obligatoriamente en todas las facultades de medicina para que quienes saliesen graduados de las mismas pudieran cumplir los tres fines de la Medicina que cita el Informe Hastings: prevenir, curar y paliar. Pero, sería necesario que fuera impartida por profesionales con experiencia clínica en cuidados paliativos y de manera transversal a lo largo de todo el Grado, preferiblemente en forma de talleres o seminarios, basados en la experiencia clínica real. De esta manera se podría conseguir una formación aceptable en cuidados paliativos y que el joven médico pueda tener las herramientas suficientes para poderlos ofrecer a sus enfermos cuando se los soliciten.
 
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