El Dr. Francisco Javier Beltrán es actualmente Médico Interno Residente de Medicina Interna (2º año) en el Hospital Universitario Clínico San Cecilio, en Granada, gracias a su esfuerzo y a las ayudas que recibió de la Fundación para la Protección Social de la Organización Médica Colegial (FPSOMC) cuando su padre, médico del Colegio de Médicos de Cádiz, falleció hace 6 años. “La ayuda de la FPSOMC me permitió continuar con la herencia más preciada de mi padre, estudiar Medicina”, asegura en esta entrevista
Un total de 41 matrículas de honor durante la carrera. Por ello, ha sido reconocido con uno de los Premios Jesús Galán de la FPSOMC, en la categoría al mejor expediente académico en Grado de Medicina en 2019. ¿Hace algo especial o diferente al resto de estudiantes para obtener tan excelentes resultados? ¿Algún secreto para ello?
En primer lugar, decir que estoy muy agradecido por el premio del que se me hace entrega y la oportunidad de compartir mis palabras. ¡De corazón!
Con respecto a esta primera pregunta, aunque suene contradictorio por la naturaleza del premio, personalmente no creo que haya hecho nada especial que no hayan hecho mis compañeros y compañeras de grado. Todos/as hemos tenido que estudiar (hasta el infinito y más allá) para aprobar cada una de las asignaturas y finalmente el número de créditos es el mismo independientemente de la calificación. Obtener la matrícula de honor en una asignatura es un orgullo, pero el número de estos distintivos no nos convierte en absoluto en mejores o peores profesionales. Este es un engaño al que lleva nuestro sistema educativo y que creo que debemos corregir. Son muchos factores y de muy variada índole los que influyen en que alguien pueda preparar mejor o peor un temario y su desempeño en el examen de cada asignatura. Siempre lo decía mi padre, quien estudió su carrera en una época de muchas dificultades económicas: “lo importante es aprender, y al menos, aprobar”.
¿Cómo se enteró de la existencia de estos galardones y qué significa para usted haber recibido uno de ellos?
Todo ha sido gracias a las compañeras del Colegio Médico de Cádiz. Desde el primer momento en que nos faltó mi padre, ellas se pusieron en contacto con nosotros y nos han guiado en todo el proceso, desde que pedimos nuestra primera ayuda, hasta que solicité participar en la convocatoria de este premio.
Especial mención a María José. Fue la primera persona con la que estuvimos en contacto y siempre se ha mostrado dispuesta a ayudarnos en esta situación tan difícil.
¿Qué le ha supuesto la ayuda de la FPSOMC y, por extensión, de los compañeros de profesión tanto de su padre como suya?
Para mí ha supuesto poder continuar estudiando la carrera que, con sus mejores y peores momentos, tanto disfruto y que siento como la herencia más preciada de mi padre. Finalmente, también me ha permitido poder trabajar con los/as mismos/as compañeros/as que me han ayudado, codo con codo en el Sistema Sanitario Público Andaluz.
¿Qué le llevó a estudiar Medicina? ¿En qué momento lo decidió?
Es una pregunta difícil. No creo que exista la vocación, y de hecho esta es un arma de doble filo que se suele usar en nuestra contra como médicos/as. Quizá sí una inclinación especial.
Por mis preferencias, mi madre me aconsejó que me planteara esta opción, a la que podía permitirme acceder gracias a un buen resultado en la prueba de acceso a la universidad. Y la decisión la tomé en el último momento, antes de cerrar el plazo de preinscripción en la Universidad.
¿De qué forma considera que le ayudará este premio en su formación?
Creo que en un futuro, según la evolución de esta pandemia, podría ayudarme si decidiese (y me concedieran) la opción de realizar una rotación externa en un centro distinto al que me encuentro realizando mi periodo MIR. Otra opción es la adquisición de material médico personal, libros…
¿Conoce, en líneas generales, la labor que desarrolla la Fundación para la Protección Social de la Organización Médica Colegial (FPSOMC)?
En parte, por mi situación, he recibido información y sí conozco esta labor en líneas generales.
¿Cuál es su opinión sobre la labor que realiza la FPSOMC? ¿Y que los propios médicos sean solidarios con sus propios compañeros y sus familias?
Con vuestro permiso, uniré estas dos preguntas, pues creo que se contestan conjuntamente. Opino que es una labor con un fondo muy honorable, pues implica esta colaboración entre médicos y médicas no solo entre sí, sino con las familias de compañeros/as.
Por supuesto, siempre apostando primero por las prestaciones públicas destinadas a todo el pueblo (el sistema de becas, el sistema de pensiones, y ojalá en un futuro seguir mejorando), creo que es muy positivo que entre compañeros/as de profesión nos brindemos este apoyo sobre todo en situaciones en las que existe vulnerabilidad.
¿Qué opina de la figura del socio protector? ¿Recomendaría a personas cercanas, médicos de profesión, que se hicieran socios protectores? ¿Qué les diría para convencerles de la necesidad de seguir impulsando la labor de la FPSOMC?
Mi opinión es muy positiva, así que, por supuesto, a todas aquellas personas cercanas que ejercen esta profesión les he recomendado que se hagan socios protectores. En general les expongo mi ejemplo así como el de tantos/as otros/as huérfanos/as.
¿Y usted, tras ser beneficiario, continuaría facilitando la labor de esta Fundación centenaria como socio-protector?
Por supuesto.
¿Cuáles son sus planes de futuro?
Una pregunta muy difícil, sobre todo, hoy en día. Creo que por ahora solo me veo capacitado para pensar en el día a día, deseando que pronto nos abandone este nuevo virus.
Hasta entonces y haciendo honor a mi padre, José Beltrán Juana, Médico de Familia en el barrio de la Bajadilla de Algeciras y en la villa de Los Barrios, seguir luchando por la sanidad pública, en mi caso desde mi puesto en el hospital; aunque principalmente reivindicando el fortalecimiento de la Atención Primaria, pilar fundamental que nos pertenece a todos/as.
¡Cuidémonos mucho!
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