El Ministerio de Consumo, a través de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aesan), lanzó este viernes la campaña de sensibilización ‘Azúcar, te dejo’, para impulsar la reducción de su consumo en la población adulta española
Esta iniciativa pretende “concienciar” a la ciudadanía de los “riesgos” que conlleva la ingesta de alimentos procesados ricos en azúcares añadidos, según precisó el departamento de Alberto Garzón en un comunicado.
Asimismo, el ministerio insistió en los beneficios de sustituir los productos azucarados por otros alimentos no procesados, como las frutas y verduras, que contienen azúcar de forma natural y resultan esenciales para el equilibrio nutricional y para una dieta menos calórica.
Consumo advirtió de que la situación actual generada por la pandemia puede “dificultar” la accesibilidad a alimentos con una “adecuada” calidad nutricional y consideró que “hoy más que nunca” urge “redoblar los esfuerzos en pro de una alimentación más saludable y sostenible”.
En este sentido, ve “indispensable” velar por que toda la ciudadanía, “especialmente la más vulnerable”, tenga acceso a alimentos “nutritivos, frescos, de proximidad y de temporada”.
La campaña, que arranca hoy, se difundirá en medios online hasta el próximo 30 de octubre e incluye piezas audiovisuales, cartelería, infografías y otros materiales gráficos además de acciones con formatos display/vídeo multidispositivo en Facebook, Instagram, Twitter y YouTube.
El 17,4% de la población adulta española es obesa, otro 37,1% tiene sobrepeso y, por tanto, el 54,5% de los adultos tiene exceso de peso. Este problema es más frecuente en hombres (62,5%) que en mujeres (46,8%), según el gabinete de Alberto Garzón, que subrayó que sólo el 7,3% de la población adulta sigue la recomendación de consumir de cinco piezas de fruta o verdura al día.
Según una Encuesta Nacional de Consumo de alimentos y bebidas realizada por la Aesan, el 25,6% de los adultos superan el límite máximo de ingesta de azúcares libres o azúcares añadidos recomendado por la OMS, que se establece en menos del 10% de la energía total consumida.
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