Investigadores de la Universitat de Girona (UdG), la Universidad de Exeter (Reino Unido) y el Instituto de Turismo de Croacia han alertado sobre el "serio impacto, creciente y continuado" del turismo de cruceros sobre el medioambiente y sobre la salud y el bienestar de las personas, según han informado en un comunicado este martes
El equipo científico ha concluido que “es necesaria una mayor regulación para minimizar el serio impacto” de esta actividad turística, considerada por los investigadores una fuente importante de contaminación y degradación del medioambiente, en sus palabras, que afecta a la calidad del aire, del agua y del suelo y perjudica los hábitats y las zonas frágiles.
El biólogo marino de la UdG, Josep Lloret, ha liderado el estudio publicado en la revista ‘Marine Pollution Bulletin’, que ha recogido información de 200 artículos científicos previos y ha contado con la investigación, por parte de la universidad gerundense, del biotecnólogo Arnau Carreño y el médico y decano de la Facultad de Medicina, Joan San.
La investigación también ha sostenido que esta tipología de turismo es una “fuente potencial de riesgos físicos y mentales para la salud –entre los que incluyen la propagación de enfermedades infecciosas como los brotes de Coronavirus– de los pasajeros y de la tripulación, así como para las personas que residen cerca de los puertos o las que trabajan en los astilleros”.
Josep Lloret ha destacado que esta es “la investigación más completa hasta ahora con una visión integral sobre la problemática medioambiental y de salud pública”, por lo que ha pedido una legislación global para minimizar los peligros tanto para los océanos como para la salud.
Huella de carbono y residuos
La huella de carbono al día de un crucero grande puede llegar a superar a la de 12.000 coches, según el estudio, y los investigadores han especificado que los pasajeros de un crucero de siete días por el Antártico pueden producir las mismas emisiones de CO2 que la media de un ciudadano europeo a lo largo de un año.
En el Mediterráneo, estiman que las emisiones de CO2 de los cruceros y ferris representen una décima parte del global de las emisiones y que el consumo de energía para pasar una noche en un crucero es 12 veces superior al consumo de pernoctar en un hotel en “tierra firme”, han detallado.
Sobre la generación de residuos, han afirmado que un crucero de 2.700 pasajeros puede generar al día una tonelada de basura: “A pesar de que los cruceros representan un pequeño porcentaje de la industria mundial de transporte marítimo, se estima que alrededor del 24% de todos los residuos se atribuyan ha este sector”.
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