Cerca de 400.000 personas se han visto afectadas por la falta de suministro de la estación de agua de Allouk, en la ciudad siria de Ras Al-Ayn, durante más de una semana mientras continua la violencia en la zona, según informó este sábado Unicef
Las dos líneas principales de electricidad que suministran energía a la estación de agua han sido dañadas durante los enfrentamientos que continúan en Siria, lo que ha provocado que la estación haya dejado de funcionar.
Los equipos técnicos pudieron acceder a la estación de agua a principios de esta semana. Sin embargo, no pudieron reparar completamente el daño debido a la violencia que se viven en la zona.
Este organismo añadió que el suministro de agua alternativo de Al-Himme, una estación de bombeo cercana, cubre menos de un tercio de las necesidades de la población afectada. Estas personas se ven obligadas a depender del agua no adecuada para el consumo, ya que procede de pozos poco profundos, lo que pone a los niños en un mayor riesgo de contraer enfermedades transmitidas por el agua.
En coordinación con sus aliados y las autoridades locales, Unicef está respondiendo a la grave escasez de agua entre las comunidades afectadas, por lo que lleva a cabo una entrega diaria de 95.000 litros de agua y 12 tanques de agua para mitigar la escasez en los refugios de la ciudad de Hasaka, además de 50m3 a los refugios en Tel Tamer en los últimos seis días.
Asimismo, trasporta agua en camiones a los campamentos de Al-Hol y A’reesha con un promedio de 600 m3 por día, que llega a 77.000 desplazados internos y refugiados, así como reparaciones menores en la estación de agua de Allouk.
Desde Unicef subrayaron que “todas las partes en el conflicto, y las que tienen influencia sobre ellas, deben detener los ataques y la actividad militar en lugares cercanos a la infraestructura civil en el noreste y en toda Siria».