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Andrés Pérez Domínguez: “Ser médico es la mejor forma que se me ocurre de ayudar a los demás”

El escritor Andrés Pérez Domínguez es el ganador del VI Premio de Novela Albert Jovell de la Fundación para la Protección Social de la Organización Médica Colegial (FPSOMC) por su obra “La bailarina de San Petersburgo”. En esta entrevista, para “MedicosyPacientes” destaca que los valores de la Medicina y la literatura “están muy relacionados. Un médico puede hacer mucho bien por los demás. A veces basta con dar confianza a un paciente. La confianza es importante. También lo es entre los lectores y los escritores”

“Es indudable que ganar un premio ayuda de una forma impagable a la promoción de una novela e incrementa el interés de los lectores. Estoy convencido de que el premio Albert Jovell de la FPSOMC significará eso para La bailarina de San Petersburgo”, señala Pérez Domínguez.

Se trata de la sexta edición un galardón que concede y convoca cada año la Fundación para la Protección Social de la Organización Médica Colegial (FPSOMC) y que publica desde sus inicios la editorial Almuzara. La novela, que llegará a las librerías el próximo 18 de febrero, narra la historia de Gordon Pinner, un joven periodista destinado en París en 1930, que alberga una honda simpatía por la Revolución y que no dudará en infiltrarse en la comunidad de rusos exiliados en la capital francesa cuando sus camaradas del servicio secreto soviético se lo pidan.

Sobre la labor solidaria que realiza la FPSOMC para ayudar a médicos que lo necesitan destaca que “es una excelente la idea de cuidar de quienes tanto han aportado a la sociedad” y que “por muy bien que vayan las cosas, la vida siempre puede complicarse y resulta tranquilizador que alguien pueda echar una mano”.

En primer lugar, enhorabuena por resultar ganador del Premio de Novela Albert Jovell de la FPSOMC. ¿Qué siente al haber sido reconocido en la sexta edición de este galardón?

Muchísimas gracias. Recibir un premio siempre supone una gran alegría, por el impulso que supone para la carrera de un escritor y por el reconocimiento al trabajo solitario y esforzado (también feliz, por supuesto) de la creación literaria.

Una dilatada carrera literaria con siete novelas, colecciones de cuentos, numerosos premios le sitúan como un autor de referencia. ¿De qué manera este premio le ayudará en su carrera de escritor?

Llevo muchos años escribiendo y he tenido la suerte de que mi obra haya sido reconocida con premios importantes y al mismo tiempo gozado del cariño de los lectores. Objetivamente, la concesión de un premio no es más que el resultado de que varias personas se reúnan y decidan que tu obra les ha gustado más que las otras presentadas al certamen. Dicho esto, resulta indudable que ganar un premio ayuda de una forma impagable a la promoción de una novela e incrementa el interés de los lectores. Estoy convencido de que el premio Albert Jovell significará eso para La bailarina de San Petersburgo.

¿Conoce el trabajo que lleva a cabo la FPSOMC para ayudar a los médicos y sus familias en situaciones difíciles? ¿Cuál es su opinión sobre esta labor?

Lo conozco y me parece excelente la idea de cuidar de quienes tanto han aportado a la sociedad.

¿Cree que el modelo que ha implementado esta Fundación en la profesión médica es exportable a otras profesiones?

Me gustaría pensar que sí y entiendo que también se realiza en otras profesiones. Por muy bien que vayan las cosas, la vida siempre puede complicarse y resulta tranquilizador que alguien pueda echar una mano.

Aunque el tema de su obra, “La bailarina de San Petersburgo”, es la revolución rusa, ¿puede encontrar el lector alguna referencia a la Medicina en sus páginas?

En realidad, el tema central de La bailarina de San Petersburgo es el exilio ruso en París tras la revolución, aunque, indudablemente, sobre toda la novela planean los años convulsos en torno a la revolución, con múltiples referencias a ella, claro. No escribo con intención de presentar la novela a un premio, por tanto, las referencias a la Medicina, si las hay (y las hay) no son intencionadas, sino felizmente casuales. En uno de los capítulos un personaje ha de ser ingresado en un hospital y atendido por médicos y enfermeras. En otro, durante una cena con rusos exiliados, el protagonista tendrá que chalar con un médico. Entre otros, este personaje ejemplifica algo muy habitual entre los rusos exiliados tras la revolución: sólo algunos eran aristócratas; muchos eran profesionales liberales (un médico, como en este caso) que muy a su pesar tuvieron que marcharse de Rusia.

¿De qué forma aparece representada la figura del médico en su novela? ¿Y para usted, personalmente, qué representa?

Pues de la forma en que comentaba en la pregunta anterior. La figura del médico me parece imprescindible, siempre me lo ha parecido y he tenido mucha curiosidad por todo lo que tiene que ver con la Medicina. Rara vez me encuentro con un amigo médico y no aprovecho para preguntarle alguna cosa. Ser médico es la mejor forma que se me ocurre de ayudar a los demás, de resultar útil a la sociedad.

¿Qué vínculo considera que existe entre los valores de la Medicina y los valores humanísticos o la literatura?

Están muy relacionados. Un médico puede hacer mucho bien por los demás. A veces basta con dar confianza a un paciente. La confianza es importante. También lo es entre los lectores y los escritores. Pero, aunque no dudo de los valores de mi oficio, ser médico es mucho más importante que ser escritor. Lo digo de verdad. Puede que el mundo fuese mucho más triste, oscuro y aburrido sin escritores, pero sería mucho peor sin médicos. Hay que recordar que no es raro encontrar médicos que también son escritores. Ya que estamos hablando de rusos, Chéjov, sin ir más lejos…

¿Qué le llevó a tratar en su novela un tema la revolución rusa?

Me gusta mucho la Historia, y especialmente el siglo XX. Varias de mis novelas, las más conocidas, suceden entre los años 30, 40 y 50 del siglo pasado. La revolución rusa es uno de los acontecimientos históricos más determinantes del siglo XX. Sucede durante la Primera Guerra Mundial y el miedo a su propagación en otros países enciende la semilla del fascismo que a su vez abrirá la puerta a la gran tragedia que ocurrió más tarde. Es una época fascinante, un territorio muy fértil para un novelista.

¿Qué proporción de ficción/realidad lleva incorporada su última creación literaria?

Siempre digo que la Historia (con mayúsculas) deja huecos por los que las historias (con minúscula) pueden colarse. La labor de un novelista que sitúa su obra en un contexto histórico determinado consiste en aprovechar los acontecimientos reales para situar allí a personajes de ficción (y a veces reales). La bailarina de San Petersburgo es una historia de ficción, pero sucede en un momento muy concreto (1930), con unos personajes reales (como Félix Yusúpov, el hombre que mató a Rasputin) y otros inventados (como el protagonista, Gordon Pinner, un periodista mitad inglés mitad español en permanente conflicto porque, aunque simpatiza con la causa bolchevique empieza a ser consciente de sus fallos). Quiero decir que lo interesante es mezclar los personajes reales con los inventados para explicar un mundo desaparecido y fascinante.

En el caso de los lectores potenciales de este trabajo, ¿de qué manera les convencería para iniciar su lectura?

A mí me gustan las novelas con calidad literaria (por desgracia, no siempre la encuentras), que me emocionen y si es posible me enseñen algo sobre la condición humana; novelas en las que pasan cosas. Mi mayor afán es hacer lo mismo: escribir bien, reflejar un mundo o aportar una visión nueva o distinta del mismo, crear personajes tremendamente humanos, repletos de contradicciones, con sus fallos y sus aciertos; emocionar y entretener, porque nada de lo anterior sirve si no consigues atrapar el interés de lector con una historia potente. Humilde y honestamente, espero que La bailarina de San Petersburgo cumpla todos esos requisitos.ç

¿En qué momento de su vida decidió ser escritor? ¿Qué le impulsó a ello?

No hay un momento concreto en el que lo decidiera. Llegué a ser escritor de una forma natural. Supongo que no pude evitarlo. Desde niño me fascinaban las historias que leía y poco a poco me fui dando cuenta de que yo necesitaba contar las mías.

¿Cuáles son sus planes de futuro en el ámbito literario? ¿Se puede contar algo sobre su próxima obra?

No soy de los escritores que sufren el temido bloqueo. En realidad, sé que no viviré los años suficientes para escribir todas las historias que me gustaría. Ahora ando terminando una colección de cuentos y muy pronto me pondré a escribir una nueva aventura con el mismo protagonista de La bailarina de San Petersburgo, Gordon Pinner. Quiero escribir varias novelas más con este personaje.

 

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